El informe del juez italiano de Cagliari es demoledor
Juana Rivas se ha llevado su segundo varapalo judicial en poco tiempo y esta vez le ha llegado desde los juzgados italianos. Tal y como publica El Mundo, el juez Ignazio Tamponi ha dictado sentencia contra la granadina y, aunque no le quita la patria potestad, da la custodia de los niños al padre, Francesco Arcurt.
Pero el juez va aún más allá y en su sentencia publica un informa demoledor sobre Juana Rivas que describe bien a las claras cómo se ha comportado esta mujer y los graves problemas, incluso mentales, que podría padecer. Las palabras del juez reflejadas en la sentencia no dejan lugar a ninguna duda.
Tras decidir que sea el padre quien tenga la custodia exclusiva de los niños, dice sobre Juana Rivas que “ha manipulado a sus hijos” y que está “más interesada en la violencia de género que en ellos“. Y atentos a cómo continúa el juez en su informe porque no deja lugar a dudas sobre el comportamiento de Rivas: “es inconsciente del daño psicológico que le ha hecho a sus hijos separándolos del padre”, “siempre necesita una referencia externa para tomar decisiones”, “no se da cuenta de las consecuencias de sus actos”, “muestra un funcionamiento psíquico gravemente patológico, asociado a una desorganización del pensamiento”.
Por otra parte, obliga a Juana Rivas a seguir un tratamiento y asistir a una terapia semanal de “apoyo a la paternidad” de la que deberá dar cuenta cada tres meses en Italia. Y para emitir ese informe, el juez se basa en el estudio psicológico que se le realizó y que indicaba que tenía un “funcionamiento mental patológico” manipulando a sus hijos en contra de su padre.
Es decir, Juana Rivas sale completamente vapuleada del proceso judicial iniciado contra su ex-marido tanto en España como en Italia. Ahora, los manipuladores de la ideología de género en España, seguirán con su cuento de que Juana está en su casa y mostrando su apoyo a un personaje al que la justicia ha vapuleado por completo tumbando todas sus tretas, todas sus artimañas y todas sus trampas.
Nos alegramos que la Justicia no haga caso de las palabras de personajes tan absurdos como Carmen Calvo, quien consideraba que a las mujeres había que creerlas y darles siempre la razón de entrada. La tremebunda historia de Juana Rivas, que quería destrozar la vida del padre de sus hijos con acusaciones de maltrato que no han podido ser probadas, no ha colado ni en Italia ni en España.
Rivas, ahora, tiene que pagar caro su comportamiento. La pena es que los hijos sufrirán con esto puesto que no deja de ser su madre, aunque su mayor desgracia es tener una madre como Juana Rivas. Eso es algo que, por desgracia en muchas ocasiones, no se elige.