votaciones del 28 de abril

Tal como decía en mi primera entrega, los españoles deberíamos saber suficientemente que las elecciones generales del mes próximo mes, son quizás (o sin quizás) una de las más importantes del último medio siglo. No quiero exagerar, pero la encrucijada en la que nos encontramos ahora merece que fijemos nuestra atención en una cuestión fundamental que es, ni más ni menos, que conservar nuestra Constitución, tal como está, por encima de todo, porque si bien algún día habrá que retocarla, ahora no es precisamente ese momento.

No hay nada más que ver los frentes que tenemos abiertos con un presidente inepto y ansioso de poder, pero sin la más mínima intención de defender el bien común, ni el propósito decidido de derribar el frente catalán porque -de hacerlo- tendría pocas posibilidades de disfrutar de La Moncloa.

Una vez vista la situación, pienso que la inmensidad de personas que nos consideramos normales, estamos en el momento justo de analizarlo todo desde lo práctico, lo cotidiano, lo sencillo, lo normal; lo sensato. ¿Y que es todo eso, me preguntarán? Pues muy sencillo. Que los que vengan a gobernarnos no lo hagan desde el odio, la venganza y la mentira; que procuren que nuestra España sea -como hasta ahora- el lugar admirado por quienes nos visitan; donde se pueda ejercer la Libertad, con mayúsculas, en todos los aspectos de la vida: política, religión, espectáculos, enseñanza, etc. etc., sin imposiciones, prohibiciones o persecuciones; y que cada cual, sin ofender a los demás y con la verdad por delante, pueda expresar sus pensamientos.

Tan solo nos queda hurgar en todo lo que dicen los que nos asaetean cada día hasta la saciedad. En la siguiente entrega haremos parte de ese análisis para poder ir tomando posiciones.