Anabel alonso
Anabel Alonso (Twitter)

Alucinante lo de Anabel Alonso

Esto del feminismo cada vez me tiene más despistado. Defienden y protegen a las mujeres, pero solo a las que piensen como ellas. De lo contrario, utilizan los mismos calificativos, insultos y desprecios que dicen sufrir de los hombres. Es lo de la famosa frase aquella que decía “es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.

Y sorprende aún más todavía cuando esos feministas, hombres o mujeres, la toman con una mujer determinada. Desde hace un tiempo, y gracias a Toni Alba, la gente a la que cae mal Inés Arrimadas ha cogido la costumbre de llamarla “puta“, ya como insulto recurrente. Y esa falta de respeto, ese insulto asqueroso para una mujer, no se les va de la boca y lo utilizan siempre que pueden.

La última en hacerlo ha sido la actriz Anabel Alonso comentando una noticia de eldiario.es. Nuestro “amigo” Escolar, director de ese diario, publicaba un tuit con el siguiente titular: “Arrimadas propone regular la prostitución y los vientres de alquiler y los sitúa como ejemplos del feminismo liberal“. Y Anabel Alonso citaba ese tuit haciendo el siguiente comentario: “Entonces si para ella la prostitución es una profesión ¿Por qué se lo tomó como un insulto?


Supongo que para Anabel Alonso que le llamen puta le sentará bien o mal en función a si lo toma como una profesión. Pero hay ciertas profesiones que, sin menospreciar a los que las ejercen, no son demasiado bien tomadas si se utilizan como calificativo contra alguien. Si a Anabel Alonso le decimos, por ejemplo, payasa, verdulera, camionera, portera o titiritera, seguro que se las tomaría a mal en función a cómo y quién se las dijera. Aunque no dejan de ser profesiones y muy respetables por otra parte.

Anabel Alonso es la típica persona que, pasado el tiempo, descubrimos que a muchos nos tenía engañados. Nos parecía una persona simpática pero ahora descubrimos que de simpática no tiene nada, más bien parece un bicho -por cierto, bicho tampoco es un insulto porque se refiere a cualquier tipo de ser vivo-.

Pero ahora, descubrimos que es más simple que el mecanismo de un chupete y que utiliza razonamientos que no los utilizaría ni un niño recién entrado en el parvulario. Son tan fáciles de desmontar. Podríamos darle un pequeño consejo a Anabel Alonso: “Querida titiritera, a ver si dejas de comportarte como una payasa que, a veces, pareces una verdulera y utilizas formas de camionera“.