Ada Colau y Javier Ortega Smith

Estaba como un flan

Le verdad es que es todo un placer ver sentarse a gente como Ada colau delante de un juez del Tribunal Supremo. Por la calle van de valientes y de “me da igual todo”, pero cuando se sientan delante de un juez tiemblan como un flan y balbucean excepto cuando tienen que soltar su discurso polĆ­tico memorizado y plagados de eslóganes estĆŗpidos.

Como no podĆ­a ser de otra forma, antes de decir que sĆ­ iba a contestar a las preguntas de los abogados de Vox en el juicio, tuvo que soltar su perorata contra ellos de partido de “la ultraderecha” y el bla, bla, bla, habitual de todos estos comunistas cuando se enfrentan a las preguntas del partido de Abascal en este juicio que estĆ” resultando la mar de divertido.

Pero lo que mĆ”s sorprende es como la “valiente” balbucea ante las preguntas de Javier Ortega Smith y de quĆ© forma intenta zafarse de las mismas, extendiĆ©ndose en las respuestas para acabar hablando de cosas que nada tienen que ver con la pregunta que se le ha formulado.

Ada Colau, que declaró ante el juez que su estado civil era el de pareja de hecho y su profesión la de alcaldesa, estaba visiblemente nerviosa y, a pesar de su habitual verborrea, tuvo que ser cortada en varias ocasiones por Ortega Smith y por el juez cuando sus respuestas ya nada tenían que ver con lo que se le había preguntado.

Es curioso ver de qué forma usa toda esta gente la palabra democrÔtico y electo. Es decir, hacer una concentración para amedrentar a una comisión judicial es una concentración democrÔtica. Pero lo peor es que, para ella, una comisión judicial o la Policía no deberían investigar a cargos electos. Debe ser que si eres un cargo electo puedes hacer lo que te de la gana y saltarte la Ley a la torera. Ya sabemos que eso es algo a lo que ella estÔ muy acostumbrada pero no es ni medio normal que lo reconozca de esa manera.