11 de Marzo de 2004
Imagen del Telediario del 11 de Marzo de 2004 (Youtube)

Republicamos artículos publicados en El Diestro en relación a los atentados del 11 de marzo, de los que se cumplen 15 años. Porque queremos homenajear a las víctimas, siempre en el recuerdo, y porque queremos saber la verdad.

Un día horrible que no olvidaré nunca

11 de Marzo de 2004, Hotel Catalonia Barcelona Plaza, hacia las ocho de la mañana suena mi teléfono y me despierta. Me encontraba en Barcelona con motivo de la Feria de la Alimentaria. Había cenado con varios amigos y me acosté tarde, tenía previsto ir a la Feria hacia las diez de la mañana, por lo que no tenía necesidad de madrugar demasiado.

Cogí el teléfono, era la que por aquel entonces era mi mujer. Lloraba desconsoladamente y solo me decía: “Javier, han matado a mucha gente, ha habido un atentado horrible, pon la televisión”. Me incorporé en la cama y puse la televisión. Las imágenes que mostraban y las noticias eran confusas, pero terribles. A esas horas ya se hablaba de muchos muertos pero anunciaban que habría bastantes más. Se me saltaban las lágrimas y me quedé un rato más viendo las noticias hasta que salí hacia la Alimentaria con una hora de retraso.

En la Feria no se hablaba de otra cosa y cada vez que me encontraba con algún amigo o conocido era para hablar sobre las últimas noticias y el número de víctimas que subía de una forma terrible cada poco tiempo. Las noticias eran confusas, pero había algo que todos teníamos claro después de aquello, nada iba a ser lo mismo, todo iba a cambiar.

El resultado de las elecciones generales, conseguido el primer objetivo de los atentados

Poco después, el día 14 de Marzo, había elecciones generales. Las encuestas anteriores al día del atentado vaticinaban una victoria aplastante del PP. Esas encuestas también las alteró el atentado, eso y el afán vergonzoso del PSOE por aprovecharse de cualquier cosa por conseguir el poder. Todos recordamos la rueda de prensa de Rubalcaba en la jornada de reflexión, una auténtica vergüenza.

A partir de ahí, victoria de Zapatero y el comienzo del hundimiento de España en todos los sentidos: político, económico, moral… Nada hoy es lo mismo. El atentado nos dejó heridos a todos y Zapatero nos remató. Pero lo peor de todo es que Rajoy lo sigue haciendo no haciendo nada de lo prometido, podríamos decir que es el heredero de Zapatero.

Ahora nadie quiere saber la verdad sobre lo que pasó aquel día

Y lo peor es que hoy, cuando se cumplen catorce años de aquel fatídico día, todo sigue igual o peor. No hay interés alguno en recordar a las víctimas, en honrar su memoria. Hay un conformismo preocupante con la versión oficial de lo sucedido, que no tiene ni pies ni cabeza.

Desconozco quienes fueron los autores del atentado, pero no me puedo creer que sean los condenados. Esos parecen más bien cabezas de turco. Me resulta increíble que ETA no tuviera nada que ver con aquello, cuando semanas antes había sido interceptada una furgoneta cargada de explosivos que se dirigía hacia Madrid.

Etarras que llevaban a Madrid una furgoneta cargada de explosivos poco antes del 11 de Marzo de 2004 (Captura de pantalla del diario “El Mundo”)

Y a todo se le ha dado la vuelta como a un calcetín. Los que queremos saber la verdad, los que no nos creemos la versión oficial somos considerados como apestados. Se nos insulta, se nos señala e incluso se nos intenta dejar como enfermos mentales. Acabó con muchas cosas aquel atentado, también con la libertad de pensamiento. Todos tenemos que opinar igual, con lo marcado, con lo políticamente correcto.

Ahora la extrema izquierda, que prácticamente no existía antes del 11 de Marzo de 2004 todo lo domina y todo lo controla. Y son ellos los más firmes defensores de la versión oficial y los que más atacan a quienes no la creemos. ¿Por qué? ¿Tanto les preocupa que seamos muchos lo que no nos la creemos?

Después de catorce años sin creerme nada. Sin saber quiénes fueron los verdaderos cerebros de todo aquello y viendo todo lo que ha pasado después voy encontrando mis propias respuestas. Porque las preguntas son muy simples, son solo dos: ¿A quién ha beneficiado todo aquello? ¿A quién ha perjudicado? Que cada uno busque sus respuestas y saque sus propias conclusiones. Yo tengo las mías.