Lo que hay que oír
Entre las muchas sandeces que hemos podido oír por parte de los separatistas en los últimos años sería muy difícil destacar alguna de ellas como la más absurda. Pero hay una a la que han apelado desde el primer momento que roza lo esperpéntico, lo ridículo y se convierte, además, en una tontería que, de llevarse a cabo alguna vez, se podría volver contra ellos mismos.
Dice Cuixart, y dicen todos los separatistas desde que empezaron a montar todo este jaleo inaguantable, que “el Estado de Derecho no está por encima de la democracia“. Y esa absurdez, que no es comparable a lo de qué fue primero el huevo o la gallina, se cae por su propio peso y por muchos motivos.
En primer lugar sin Ley y sin Estado de Derecho, no hay democracia que valga. ¿Cómo se va a proteger una democracia si alrededor no existe una Ley o un Estado de Derecho que la garantice? El Estado de Derecho y las Leyes son las bases por la cuales puede llegar a existir una democracia. Si no hay unas normas fundamentales y obligadas que cumplir, no hay democracia que valga.
Pero es que la traducción de esas palabras hay que verlas desde el enfoque separatista. La realidad es que para ellos solo existe democracia si el resultado de esa democracia les beneficia a ellos y, si esto es así, se pasan por el forro leyes, estados de derecho y lo que haga falta. No es más que eso. Primero ellos, ese es la verdadera motivación de los separatistas, ellos antes que nadie. ¿Por qué no quieren Ley ni Estado de Derecho? Porque la decisión sobre una supuesta independencia de Cataluña pasando por las urnas se debería hacer participando en esa votación todos los españoles. Eso es lo que dice la Ley, es simple, España es de todos los españoles.
Pero aún hay más. Si la democracia estuviera por encima de la Ley y del Estado de Derecho, ¿se imaginan el resultado de unas elecciones en España en las que se decidiera qué hacer con los fulanos, como estos separatistas, que intentan dar un golpe de estado? ¿Se imaginan que las opciones fueran las de cadena perpetua, o aún peor, la pena capital? ¿Qué pensarían entonces los separatistas? ¿Qué preferirían? ¿Que la Ley y el estado de derecho estuvieran por encima de la democracia o lo contrario? Ahí lo dejo, ¿tú qué opinas, Cuixart?