Si hablamos de absolutismo, seguramente se nos vendría a la cabeza el rey que más hizo por esta forma de gobierno, Luis XIV de Francia y su célebre frase: el estado soy yo. Si Hablamos de democracia se nos viene aquella definición de Abrahán Lincoln sobre la misma: el gobierno del pueblo y para el pueblo. En la mayoría de las democracias que conocemos, incluso las más antiguas- La Grecia de Pericles – nos encontramos con que, para el buen funcionamiento de las mismas, tienen “rincones” que se manejan fuera de las mismas.
En estos días nos ha llegado que el núcleo nacional de gobierno del partido VOX, ha aprobado en sus estatutos que los líderes de todas las agrupaciones locales sean elegidos por esa cúpula. De la misma manera, han aprobado la eliminación de varonías autonómicas. Este partido sigue sumando enteros en su defensa de la transparencia. Por fin nos llega un partido que reconoce abiertamente la forma de nombrar a sus líderes. Por muchas urnas para echar el voto, ya a brazo alzado o ya en voto telemático, esta fórmula es la misma que en general utilizan el resto de partidos, aunque la mayoría no lo reconozcan.
Es posible, sino casi seguro, que muchos puedan afirmar que no existe democracia interna en el partido mencionado, aún sabiendo demás que en el suyo nunca la ha habido. Sin embargo y tras la deriva de nuestra joven democracia, esta es una medida que aunque es verdad que elimina la democracia interna, la purifica en lo relativo a la gestión política del pueblo. Todos vemos como los partidos dicen una cosa en Madrid que nada tienen que ver con lo que hacen en la periferia. Quizás lo del PSOE nacional y el de Cataluña nos de la idea más grafica de ese comportamiento o si quieren algo más reciente; Casado, presidente del PP nacional y Nuñez Feijoo en Galicia haciendo justo lo contrario de lo que propone su jefe.
El conocimiento de esta norma de actuación de todos los partidos, quizás abra un debate social que obligue a los partidos, para la recuperación de la democracia, a ponerse de acuerdo para la reforma de la actual ley electoral, a mi forma de entender, principal responsable de esta situación. Quizás algún día el representante de una circunscripción política, se deba más a sus votantes que al líder del partido.