A pesar de que faltan dos semanas para la disolución de las Cortes Generales de manera oficial, aunque el pasado viernes Pedro Sánchez anunciara la convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril, las ejecutivas de los partidos políticos mantuvieron en el día de ayer sendas reuniones de sus direcciones a fin de definir las líneas generales de sus estrategias de cara a los comicios.
Así, en la reunión de la ejecutiva socialista presidida por Pedro Sánchez, hablaron de la necesidad de llevar a cabo una importante movilización de la izquierda en todos los territorios de España, puesto que, viendo el resultado de las últimas encuestas, aspiran a gobernar, aunque existe un temor absoluto a la posibilidad de una baja participación del electorado, tal y como sucedió en las recientes elecciones andaluzas. Además, a pesar de la oposición de algunos barones, todo parece indicar que será la dirección de Ferraz quien designe a los candidatos de las listas electorales, sin dar posibilidad a las direcciones regionales para elegir a los cabezas de lista, pudiéndose llevar a cabo una configuración de cabezas de listas afines al Sanchismo. Este sería el caso de la cabeza de lista de Andalucía, cuya designación recaería en la persona de la ministra de hacienda M. Jesús Montero, delfín de Sánchez no solo para encabezar la lista de Sevilla, sino para sustituir en un futuro a la actual secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz.
Precisamente esta decisión de imposición de candidatos desde Ferraz, podría ser el detonante para que estalle una guerra interna entre los socialistas, puesto que, desde la federación andaluza, la mayor del socialismo en España, no están de acuerdo con la decisión de la dirección de su partido, lo que podría dar lugar a una guerra interna entre los sectores Susanita y Sanchista, que ya tuvo sus primeros conatos durante las elecciones andaluzas, en donde partidarios del presidente del gobierno, hicieron una campaña soterrada contra la ex presidenta de la Junta, hasta el punto de que recomendaban tachar su nombre en las listas, lo que originó un incremento notable en la contabilización de los votos nulos en las urnas.
Se da la circunstancia de que esta decisión adoptada por la dirección socialista, contraviene los estatutos del partido, en donde se establece la obligación de la participación de la militancia en la designación de los candidatos, o su concurrencia en primarias para ser escogido como tal.
En Cs, el partido que preside Albert Rivera y aunque en el fin de semana el responsable de Cs en Andalucía Juan Marín hiciera algunos cantos de sirena respecto a la posibilidad de que su formación pactara con el PSOE después de las elecciones, su ejecutiva ha puesto como línea roja la imposibilidad de pacto tanto con el presidente del gobierno Pedro Sánchez como el PSOE, como causa de sus acuerdos con las fuerzas independentistas, razón definitiva para la formación naranja a la hora de descartar como socio a los socialistas.
Por su parte, el PP reunió en Génova a su Junta Directiva Nacional por primera vez desde que Pablo Casado accediera a la presidencia, con la esperanza de ganar estas elecciones y así gobernar. En esta reunión uno de los órganos principales del PP, su presidente Pablo Casado, se comprometió a aplicar de manera inmediata el artículo 155 de la Constitución en Cataluña si consigue la mayoría suficiente para acceder al gobierno, además de considerarse responsable de la disolución de las Cortes Generales realizada por Sánchez, gracias a la presión ejercida por los españoles en la manifestación que tuvo lugar recientemente en Colón. También Casado acusó a los socialistas de no tener otra alternativa para gobernar que el pacto con los independentistas catalanes, nacionalistas vascos y Bildu, aunque les aseguró que los populares estarían en frente de cualquier cesión desde el gobierno hacia el independentismo.
Finalmente cabe decir que, aunque todavía faltan varios días y no menos de tres plenos en el Congreso para su disolución que se hará efectiva con un decreto firmado por el rey Felipe VI el próximo 4 de marzo, la maquinaria electoral de los partidos está en plena marcha, como lo demuestra el hecho de que se han producido algunos fichajes para la incorporación de políticos a listas electorales, como es el caso de la eurodiputada de UPyD Maite Pagazartuondua, que pasa de ser eurodiputada de esta formación a ser la segunda de la lista de Cs para las elecciones europeas o la presencia por segunda vez en toda su historia del Partido Regionalista de Cantabria de Miguel Angel Revilla en unos comicios nacionales, a los que no se presentaría él como diputado pero si el ex consejero del gobierno regional Jesús Mazón. Tampoco cabe descartar que en las listas del PP volvieran a aparecer nombres conocidos y recientemente reincorporados al partido como el de Manuel Pizarro, llamado por Pablo Casado para hacerse cargo de la dirección de la sección económica del partido y como posible diputado en el Congreso.
En definitiva, la carrera electoral ya ha comenzado antes incluso de la disolución del parlamento, pero la sociedad que ya viene soportando ocho meses de golpes de efecto y acciones de imagen desde el gobierno, está preparada para dar por finalizada la situación de incertidumbre que vive España desde junio del pasado año y decidirá quién quiere que sea el que rija los destinos de España, bien en solitario o bien en una coalición de partidos.