Es ejemplo de un Papa en la realidad del siglo XXI. Su labor sacerdotal y episcopal en su Argentina natal es índice de un hombre de Dios entregado personalmente a los demás de todos los sectores sociales de la sociedad, y de mayor atención a los débiles, así como un misionero abierto a la periferia de los pueblos y comunidades próximas o de continentes pobres o alejados de Dios para su conversión al amor de Cristo.
Es un sacerdote de la Congregación de los Jesuitas, y de espíritu de San Francisco de Asís.
Sus mensajes son universales e invita en todas sus palabras y escritos a crecer en amor a Jesucristo, para que nos lleve a la raíz de este amor que es amar a los demás. Y por tanto a encontrar la paz, la alegría y la felicidad personal.
Es otro Papa viajero con un afán intenso de misión y hablar de Dios a la juventud en Panamá, a otras religiones en los Emiratos Árabes, a pedir por los cristianos perseguidos en Siria y en todas las partes del mundo, por la paz en países en conflicto: Venezuela, Nicaragua…
De una lucha denodada por la reparación de las víctimas de abusos sexuales cometidos en la Iglesia católica con medidas canónicas a sacerdotes, obispos, cardenales.
Es el Papa, el Vicecristo, para todos los católicos amigos y enemigos. Jesucristo tuvo tantos enemigos y poderosos que lo crucificaron con odio, y en la Cruz dijo: Señor perdónalos porque no saben lo que hacen.
Y termina Francisco en todas sus intervenciones, diciéndonos: pido oraciones por mí.
El estado estos delitos lo supera apabulladamente.
Perdone, pero me descojono.
Ni siquiera tengo claro que este hombre sea el auténtico Papa, o más bien un Antipapa.
Sus mensajes so total y absolutamente contradictorios. Parece que sufre una diarrea cerebral, o demencia senil.
Y sus puntos de vista, debería hacérselos mirar…