Tardá ha ido a dar un mitin en lugar de declarar
El patético diputado separatista, Joan Tardá, ha acudido en el día de hoy como testigo al juicio que se está celebrando en el Tribunal Supremo con motivo del golpe de estado perpetrado en Cataluña el 1 de octubre de 2017.
Desde el primer momento, Tardá pretendió dar un mitin político en lugar de su obligada testificación para explicar lo que sucedió durante aquellos días en Cataluña. Pero al intentar lanzar su mitin fue cortado de inmediato por el Presidente del Tribunal, el juez Marchena, con estas palabras: “No está usted autorizado a hacer valoraciones políticas pese a su condición de diputado. Se le ha llamado exclusivamente para que ayude a esclarecer los hecho, pero no a través de sus valoraciones“.
Pero no todo acabó ahí, poco después le tuvo que volver a lanzar una nueva reprimenda cuando intentó contestar en catalán al abogado de Vox, Pedro Fernández, recordándole que como testigo no le asiste ese derecho al estar obligado a expresarse “en la lengua oficial del lugar donde se está celebrando el juicio“.
Es evidente que tanto testigos como acusados han acudido al juicio del 1 de octubre con un papel muy bien estudiado. En primer lugar mintiendo continuamente ante hechos que han sido incluso retransmitidos por televisión como el del acoso a la comisión judicial arrinconada el pasado 20 de septiembre de 2017 en la Consejería de Economía de la Generalidad.
Pero también llevan el papel de víctimas bien estudiado desde hace muchos años, es lo que ha hecho siempre el separatismo. Te pegan una patada en la entrepierna y después se quejan del daño que les has hecho en el pie. Evidentemente tienen una defensa muy complicada ante delitos cometidos con luz y taquígrafos, de ahí que titiriteros como Tardá acudan a declarar intentando montar un circo, en lugar de decir la verdad.
El papel del juez Marchena, que no es nada fácil teniendo en cuenta las obras teatrales interpretadas por testigos y acusados, está siendo extraordinario cortando de raíz al separatismo cuando toman el camino que es habitual en ellos, hacer el estúpido.