Hoy se han conocido los nombres que formaran el nuevo gobierno andaluz. Lo formarán seis consejeros del Partido Popular y cinco de Ciudadanos, de los cuales dos de ellos son independientes. Una vez más la habilidad de nuestros políticos a la hora de vender la burra, la gestión de su propio partido, alcanza niveles de excelencia. Lástima que no superen, salvo en escasas ocasiones, un triste deficiente a la hora de gestionar en beneficio del pueblo.
Por muy bien que lo pueda vender Rivera “hay que escoger a los mejores” las auténticas razones para tener que tirar de independientes, es la falta de personal cualificado en sus filas. Ciudadanos no nació ayer, tiene un recorrido más que suficiente para tener un mínimo de gente de nivel entre sus filas, al menos para completar el escaso número con el que participa en el gobierno andaluz. El miedo de los dirigentes de ese partido en Andalucía, dada su mediocridad, a que alguien le haga sombra; ha dado lugar a una constante corta de cabezas. Solo tienen que mirar los muchos cargos institucionales que lo ha abandonado desde 2.015. Porcentualmente, al menos en Andalucía, es el partido con más tránsfugas. Este calificativo suena con cierto tono peyorativo, pero créanme si les digo, hablo por experiencia, que en la mayoría de los casos los que han abandonado ese partido, lo han hecho, además de por la deriva ideológica del mismo, por los abusos de todo tipo sufridos por sus superiores en unos casos y la falta de debate en otros.
Desconozco el sentir de los numerosos cargos institucionales de Ciudadanos que según sus dirigentes superiores no tienen nivel para participar en el gobierno andaluz, aunque imagino como se sentirán. Más grave y más difícil es hacer entender al pueblo, el que mantiene y costea la numerosa clase política, que llegado el momento, haya que tirar de personal civil, como dice Rivera, para conformar el gobierno de Andalucía.