Pablo Echenique Laura Luelmo
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Pablo Echenique, uno de los seres más repulsivos y despreciables de la política española

Pablo Echenique ha sido protagonista de muchos artículos en El Diestro. En todos ellos hemos destacado la vileza de un político despreciable, que es lo que demuestra ser este personaje día a día.

Pero tras el asesinato de Laura Luelmo, Echenique ha demostrado que todavía no había llegado al punto máximo de su vileza, que podía ser todavía más despreciable y miserable de lo que había demostrado ser hasta ahora. La bajeza moral de este sujeto no tiene límite alguno y su falta de empatía, de respeto por el prójimo y su catadura moral, demuestran que lo peor de Echenique no está de cuello para abajo, sino de cuello para arriba.

Es habitual que los políticos utilicen cualquier suceso para sacar un rédito político en su favor. Pero tras un asesinato como el de Laura Luelmo, algunos, como es el caso de Echenique, demuestran que sus ansias de poder están muy por encima de su humanidad, su ética, su moral o su respeto por las personas, sobre todo con las que sufren directamente este asesinato, sus familiares.


Pero ojo, si a Echenique hoy le dijéramos que el presunto asesino de Laura está en la calle gracias a él y a los que piensan como él por estar en contra de la prisión permanente, serían estos mismos miserables los que todavía nos dirían a los demás que aprovechamos estos sucesos para intentar sacar un rédito político. Él no dirá nunca en un día como hoy que está en contra de la prisión permanente y que ni siquiera su líder recibió en el Congreso a los familiares defensores de la misma.

Pero ese sí que es un hecho. Este partido plagado de ratas que pretende generar el odio entre hombres y mujeres, después es incapaz de pedir el castigo que merecen los responsables de asesinatos como el de Laura. Pero no, de eso mejor no hablar porque bajo su punto de vista es políticamente incorrecto. Es mucho más correcto generalizar la culpa de ese asesinato en las personas que deciden votar a un partido determinado, o en todos los hombres por el simple hecho de ser hombres.

Asquerosos.

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