Cuando me aprestaba a terminar esta comunicación empezó a temblar todo mi cuerpo, es más, se apoderó en mí unos mareos e incluso ganas de vomitar, me acordé de mi querido padre, cosa que él conoció por boca de un médico que trabajaba como compañero en el hospital militar el cual le dijo estas palabras: Paco pon la cabeza boca abajo y los pies hacía arriba, espera unos segundos, así echarás las arcadas con todo lo que tengas en tu estómago. Hay estómagos que todos cuanto engulle caen bien, pero hay otros que con un olor a peste y corruptelas de apreciar las náuseas y todo lo que le viene encima las pasas de Caín.
Esto es lo que me ha pasado a mí. La noticia es de los salarios, prebendas y gangas que reciben nuestros parlamentarios, solamente por ser diputados. Sentaos que ahí va la cosa. Perciben todo tipo de dispositivos: celulares, tablet y PC de despacho, modem 3G y ADSL. Si no tienes coche recibes kilometraje por km y el gaje del pago de los peajes, si no tienes coche oficial 2.500 euros para taxis. Y como son “señores“, billetes de primera en avión, barco y tren. El sueldo base es de 3.126,52 euros mensuales más dos pagas extras y, cuando tienen comisiones perciben las brevas de 1.590,00 euros. Si ha tenido la suerte de haber nacido fuera de Madrid 1.823,86 y si eres diputado por Madrid 870,56 euros. Las dietas relacionadas con los transportes no se declaran a Hacienda. Si se deja de ser diputado percibe una paga mensual de 2.813,87 euros hasta un máximo de dos años, paga que la mayoría de los votantes que hayan cotizado más de 40 años no las cobran, incluso cotizando el máximo, esto no impide si tiene un sueldo privado. También tienen derechos de indemnización en el sueldo de los días transcurridos hasta que se forme el nuevo Congreso, el cual le paga las cuotas de la SS. Y, el beneficio de seguir pagándole el ADSL durante ese tiempo y, si ha sido diputado once años el 100% de la pensión máxima, la cual se le irá bajando la cuota de pensión conforme esté menos tiempo de esos once años.
El chollo y la desvergüenza de los parlamentarios y la hambruna que tiene estos con sus salarios no hay nadie entre ellos que digan, esto no pude seguir así. Con todo esto no me queda más remedio que elevar mi voz diciendo con voz clara a sus señorías: para estos señores la crisis que se nos avecina y el buen quehacer del okupa de la Moncloa, les seguiremos pagando todas estas prebendas y si por contrario no es esto lo que cobran sus ilustrísimas —seguramente tengan más momios— ruego me lo digan, solamente para darles las gracias, ya que podrían cobrar más, ya que son ustedes los que se ponen estos “Regalitos” por su trabajo honrado y dedicado a sus compatriotas. ¡Faltaría más! Desde aquí alzo mi voz diciendo: ¿Hasta cuándo podremos soportar este chollo de nuestros parlamentarios? Me seguiré acordándome, sobre este asunto y manera de vomitar rápidamente, me pondré boca abajo con los pies hacía arriba y a seguir vomitando.