ofensor

Con harta frecuencia suele ser así. El que va por la vida sembrando el odio, dice sentirse odiado; quien ataca sin piedad, suele protestar si responden a ese ataque y el que tiene una viga en su ojo, critica una paja en el ojo ajeno. Pujol -por ejemplo- decía que España robaba a Cataluña, cuando eran los catalanes los que robaban a España millones y millones de euros. Eso mismo es lo que le ocurre al embustero, plagiador, cateto, ofensor y perdedor de todas las elecciones que habita en La Moncloa.

Este individuo dio ayer otra muestra clarísima de que hace muy mal su trabajo como presidente del Gobierno. Y, además, mientras disfruta insultando de una manera inmisericorde, se siente molesto cuando le dicen “las verdades del barquero”. Y tiene ideas fijas contra el Rey, la Iglesia y el orden establecido. Precisamente ayer, en el Congreso de los Diputados, el Sr. Casado le dijo literalmente: ¿no se da cuenta de que es partícipe y responsable del golpe de Estado que se está perpetrando en España? El presidente, al que sus más cercanos le “doran la píldora” para seguir en el machito, montó en cólera porque no le gusta que le digan la verdad. Y, muy ufano, dijo que rompía relaciones con el PP.

¿Qué relaciones, si no se ven desde primeros de Agosto? Lo peor es que este tipo, que ya ha superado al nefasto Zapatero, está empeñado en tomar decisiones muy perjudiciales para España que pueden acarrearnos la indigencia moral y económica. Porque ni está preparado ni tiene buenas compañías y está tratando de deshacer lo que hemos conseguido todos los españoles con mucha generosidad y esfuerzo desde 1978. ¡¡Esta es la pura verdad!!