gilipolleces

Lo que según la prensa gala fue una frase en una discusión, para mí es sin duda el mejor consejo que un consorte puede hacer a un cargo público: “¡Deja de hacer gilipolleces!”, desgraciadamente la noticia tiene como protagonistas no a Begoña Gómez dirigiéndose a su esposo Pedro Sánchez, sino a Brigitte Macron espetándoselo a Emmanuel Macron dentro de una conversación algo más que acalorada. Porfa, Begoña, toma ejemplo y tú que te has movido tan bien y en fulgurante ascenso en la empresa privada, explícale al doctorado presidente gritando o susurrando, según veas tú le conoces mejor, que deje de hacer según que ocurrencias.

Según las proyecciones de crecimiento económico del FMI, España, gracias al crecimiento previsto del 2,7%, asciende un puesto en el “Ranking de las mayores economías del mundo” y se situa ya en el ‘supersticioso’ decimotercer país. Esa gran noticia solo se puede ver empañada por la creciente influencia que sobre nuestro líder Sanchez, doctor en económicas mediante, está ejerciendo un tal Pablo Iglesias, que según parece le puede estar animando  todavía más a ‘hacer gilipolleces’: elevar el gasto público, subir la deuda, subir impuestos a particulares y empresas, intervenir los precios de la vivienda, gastar más en educación, sanidad y dependencia sin antes revisar la eficiencia de los miles de millones ya dedicados y tantas y tantas necedades que parece que están rondando por ambas mentes.

No entiendo nada. ¿Por qué nuestros gobernantes no tienen sensatos al lado que les digan permanentemente que no hagan gilipolleces? ¿Alguien me lo explica?

 

@jmfrancas

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