Las sospechas de la Guardia Civil
Parece que, según revela un informe de la Guardia Civil, el asesinato de Gabriel Cruz podría no haber sido el primero de su asesina confesa, Ana Julia Quezada.
En ese informe se revelarían el resultado de las investigaciones que los miembros de la Benemérita habrían realizado sobre la muerte de la hija de Quezada quien, con tan solo cuatro años, cayó desde un el balcón de un cuarto piso en 1996 cuando Quezada residía en Burgos.
Aquel caso se cerró y la conclusión fue que la niña falleció por un accidente. Pero la Guardia Civil revela en ese informe que es muy raro que una niña de cuatro años se pudiera precipitar desde un edificio y mucho más en estado de sonambulismo, que es lo que Quezada argumentó que padecía, aunque nunca lo hubiera padecido antes.
La inverosimilitud de la versión de Quezada se agudiza más si tenemos en cuanto que, para precipitarse al vacío, la niña tendría que haberse subido a una mesa y abrir las ventanas y todo eso estando sonámbula y con cuatro años.
Prisión permanente y no revisable
De confirmarse lo investigado por la Guardia Civil nos encontraríamos con un personaje, Quezada, que es un auténtico monstruo. No solo habría acabado con la vida de dos personas que, siendo esto gravísimo, se agravaría aún más si tenemos en cuenta que esas dos personas son dos niños y una de ellas su propia hija.
Se ha enfriado un poco el debate de la prisión permanente revisable pero en casos como el de Quezada yo no tendría ninguna duda, prisión permanente sin revisión alguna.