Con total descaro
A Jordi Évole se le han debido olvidar muchas cosas. La primera es que en España hay una Ley y esta hay que cumplirla, incluídos él y sus amigos. Pero hay otra más de la que no se acuerda y que le puede afectar directamente a su bolsillo: que vive de los espectadores, de todos los españoles, separatistas y no separatistas.
Hace un tiempo publicó una carta en El Periódico sobando el lomo de uno de los golpistas catalanes presos, de Jordi Cuixart. En esa carta poco menos que parecía que estaba hablando de la Madre Teresa de Calcuta, en lugar de hablar de quien estaba hablando. Évole nunca ha tenido disimulo alguno con su ideología, con quien le pagaba y contra el que le obligaba a atacar quien le pagara mejor, recordemos su programa sobre “El Pozo”.
De un tiempo a esta parte, Évole, se ha dedicado a lo que se dedica demasiada gente en este país, a intentar ser juez e interpretar las leyes a su manera, en función a cómo le caiga o el presunto delincuente o el ya condenado delincuente. Eso es lo que está haciendo con los políticos presos catalanes que participaron en el intento de golpe de estado del pasado 1 de octubre.
He ido a la cárcel a ver a @jcuixart. Deseo su libertad (y la de sus compañeros).
Me sumo a lo que dice I.S.Cuenca https://t.co/uLMDZS1OD9— Jordi Évole (@jordievole) 1 de septiembre de 2018
¿Desea su libertad?
Desear la libertad de alguien que ha cometido un presunto delito es un tanto surrealista, ¿no? También se podría desear la libertad del asesino de Diana Quer, o de Ana Julia Quezada, pero el primer deseo que debería tener cualquier persona es que ese delito, cualquiera, no se hubiera cometido.
Los actos cometidos por los políticos catalanes presos han generado mucha confrontación, mucha división y mucho odio, ¿es lógico desear la libertad de uno de los culpables de generar ese odio? La lógica dice que no, que lo que se debería desear es que no lo hubieran generado. Ellos no estarían encarcelados y gente como Évole o los de los lazos amarillos no tendrían que decir y hacer absurdeces.
La ley, las normas, están para protegernos a todos, incluído el propio Évole. ¿Qué pensaría él si fuera víctima de un delito y hubiera gente que deseara la libertad del culpable? Ver persecuciones, insultos y palizas en Cataluña a quien no sea separatista es una parte de la culpa que tiene que pagar quienes ahora están encarcelados, además de los directamente culpables.
¿Qué pasa? Esas víctimas no tienen derecho a ser protegidas por la Ley? Pues parece que según Évole no, si el culpable es amigo o está de acuerdo con él, no. Manudos demócratas solidarios de todo a cien.