Las casualidades son siempre casualidades. Cuando se vio que el Gobierno actual incrementó con cinco ministros más que el Gobierno de Rajoy, yo que no creo en las casualidades pensé, posiblemente nombraría a cinco más para su gobierno, rumiando que algunos o algunas lo dejarían tarde o temprano —viendo la lucidez del jefe del gobierno— cosa que se ha visto. Digo lo del cinco porque cada uno o una, para completar el número de ministros y ministras que tenía el anterior jefe del gobierno. Es verdad que siempre hubo sabios entre nuestros políticos, lo estamos viendo en el Consejo de Estado.
Dos de cuatro han abandonado dimitiendo de sus cargos y otros dos esperando que el “sabio” de su jefe les de la patada, eso sí, y está por ver que, si se acuerda Pedro Sánchez cuando digo: No puede haber regeneración democrática sin que conozcamos los nombres de los que han defraudado a Hacienda. Eso es responsabilidad de Rajoy (18 abril 2015). Seguía diciendo ese mismo año si yo tengo en la ejecutiva federal de mi partido, en mi dirección, un responsable político que crea una sociedad interpuesta para pagar la mitad de los impuestos que le toca pagar, esa persona al día siguiente estaría fuera de mi ejecutiva.
Dicen que los sabiondos de vez en cuando pierden la memoria, yo diría la vergüenza, la seriedad y lo que es más grave en un político, en este caso el estar cogido por independentistas, las izquierdas más aceradas y revolucionarias y si encima está uno atado en la poltrona de la Moncloa y además era esto lo que quería no hay más remedio que aguantar con este otro potaje y si encima es el que manda en este cotarro, se busca un entretenimiento que como dice el señor Camps “Cuando supe de las grabaciones de la ministra dije ‘algo me va a caer”.
Las casualidades no existen. Pero brujos y brujas haberlas haylas. Este Gobierno de seguir así se queda sin ministros y ministras.