fiscal general del estado

El demonio los cría y ellos se juntan habría que decir, me recuerda al nefasto Conde Pumpido, arrastrar la toga por “el polvo del camino” para no perjudicar al inquilino de la Moncloa y mantener el cargo antes que la defender el Estado de Derecho, la Constitución y el interés general. Sánchez está tan de perfil que no da ni sombra, y en idéntico perfil se ha colocado la Fiscal General del Estado, doña María José Segarra, en relación con la quita de lazos amarillos y la posibilidad de que los “Mossos” se estén extralimitando en sus identificaciones y denuncias. “No hay delito alguno ni en quitar ni poner” lazos amarillos, forma parte de la “libertad de expresión”.

En igual sentido no entró a valorar la actuación de los “Mossos” ni sobre la posibilidad de las personas que lo hagan pueda aplicárseles la Ley de Seguridad Ciudadana. La señora fiscal parece que ignora que las Ordenanzas Municipales están para cumplirlas y que poco importa la ocupación de la vía pública. Respecto a las posibles sanciones de treinta mil euros dice: “No me toca responder sobre su aplicación, son las “autoridades” catalanas las que tomarán las “decisiones”, ¡qué bien! la zorra al cuidado de las gallinas.

Imagino que respecto a los lazos no se referirá a los que la despejan la vía pública. Qué pinta y para qué queremos una Fiscal General del Estado. ¿Es que ya ha sacado a Cataluña de España? Es la sintonía con el impostor de la Moncloa, de perfil ante el problema más grave que afecta a España y a su unidad, la Constitución y la convivencia. Es la consecuencia de un nombramiento al que se debe, y si el gobierno de Sánchez no interesa de la FGE que promueva ante los tribunales las actuaciones pertinentes, está clara su postura, trasladar a las autoridades catalanas lo que debería resolver ella. El resultado lo estamos viendo, golpistas crecidos que deciden atacar al Estado y una fiscal que también arrastra la toga por “el polvo de camino”.

En consecuencia una sociedad huérfana y desamparada al albur del “okupa” de la Moncloa, un Torra que se ríe de la justicia, y una Fiscal que abandona la defensa del Estado de Derecho. Escandalosa manera de considerar la libertad de expresión.

I. Moreno Juliá