Permítame señora Calvo, que me dirija a usted sin que nos hayan presentado. Pero esas son las hipotecas que deben soportar los políticos (y las políticas) consistentes en las críticas de los ciudadanos por la manera en que gestionan el poder. Permítame también decirle que, ya son tantas palabras y frases estrambóticas (por no llamarlas como me gustaría) que ha pronunciado a lo largo de su vida política, que si hubiese un editor espabilado podría “forrarse” haciendo un libro que las recogiese todas para solaz y cachondeo de la humanidad.
En ese libro debería incluirse, la palabra recién parida por usted, que es “inentendible” que, como es natural, no existe. Para que tuviera más fuerza desde el punto de vista comercial, podía pedir la colaboración de un dibujante acreditado (tipo PUEBLA VIC, o NIETO) en viñetas de personajes absurdos en las que apareciera usted adornada con flores en el pelo, para mejorarla un poco. Dicho esto, señora Calvo, le hablo ahora -muy en serio- de la última frase que ha pronunciado y que es lesiva a todas luces para quienes nos sentimos españoles de verdad y estamos de usted, hasta ahí mismo ¿Quién se cree que es, para decir que puede “entender lo de Torra”?
A título personal puede hacer lo que quiera, hasta leer en el cuarto de baño, en bragas. Pero en tanto que vicepresidenta del gobierno debe rechazar de plano que el delincuente Torra exprese su deseo de “atacar al Estado” porque eso es una verdadera declaración de guerra; ya lo dice la primera acepción del DRAE: atacar es: “acometer, embestir con ánimo de causar daño”Y esta gentuza no va de bromas. Ni yo tampoco. Y por lo mismo digo, que lo de Cataluña se podrá arreglar fácilmente y dentro de la Ley, usando el artículo 8 de nuestra Constitución.
Contraatacar es más decente y noble que atacar ¡¡Ya va siendo tarde!!
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Al mequetrefe y miserable Torra