Causa rechazo y hasta repugnancia entre las gentes de bien (que son/somos, la inmensa mayoría de los españoles) la forma en que actúan ciertos personajes (o personajas) no sé si para complacer al mandón de turno o para sentirse más importante que los demás compañeros (o compañeras). Cuando se han vivido muchos años, ha habidomuchas ocasionespara formarse opinión de estos especímenes (o especímenas) y sacar sus propias conclusiones.
La premisa viene a cuento de lo sucedido con la excelente, oportuna y justa decisión, tomada por Consejo General de Poder Judicial de apoyar al juez Llarena ante las injerencias manipuladoras de la injusta justicia belga, que parece estar en manos de los delincuentes catalanes huidos y que la nación belga ha cobijado impunemente para desdoro de sus propias instituciones metiendo sus sucias narices donde no deben, ni pueden.
Pero… siempre hay un pero. En la decisión del Consejo General del poder Judicial, ha habido una oveja negra; es decir un miembro, o mejor dicho miembra, discrepanta. Y ¡oh casualidad!, la tal discrepanta (Secretaria Judicial) se llama Concepción Sáez y ha sido nombrada recientemente (por el partido del gobierno que lidera el perdedor de todas las elecciones) como gerente de la Mutualidad General Judicial. Se da la circunstancia, además, de que la señora Sáez en otra decisión del Consejo, también votó en contra de reclamar protección al Ministerio del Interior, al mismo Sr. Llarena.
Y alguna “cosilla” más que no viene al caso. A mí, la verdad, dentro del respeto absoluto que me merece la justicia española, me producen “cierto tufillo” tantas casualidades juntas. Serán cosas de la edad. ¡¡¡O no!!!