Los españoles estamos atemorizados, lo mismo que les pasa a la otra mitad de los catalanes. No voy a comentar que la locura ha entrado de lleno en la izquierda, esa izquierda retrograda que recula hacía atrás y se vende al mejor postor, al mejor apostante para los intereses y prácticas totalitarias que nos quiere ofrecer el señor Sánchez, el Presidente de España por la grosería y desvergüenza para que una vez por todas tuviera la vivienda de la Moncloa y el sillón presidencial del Congreso: este personaje de invención, como si fuese un Frankenstein o el moderno Prometeo le han ensamblado en su mente partes de los cuerpos de la izquierda más rancia en donde le han añadido pedacitos de unos y de otros, ¡vaya!, lo mismo que hicieron con el muñeco de Frankenstein.
He leído por ahí que este engañador de serpientes nos quiere engañar “con el reconocimiento y amparo de la pluralidad lingüística de España” que como muy bien dice PD, no es más que otra bajada de pantalones ante Torra cuando le recibió a cuerpo de rey en su residencia caprichosa donde los votos de los separatistas catalanes, los votos del tío de la coleta y esa amalgama de residuos extremistas le sentaron en el mando de España.
Parece de película estas veleidades, no tienen los catalanes bastante con sus escuelas incluidas las Baleares que ahora quiere dar la orden de transitar esta lengua por resto de España. Desde que llegó a la Moncloa ha empezado a darles a sus asociados, todo cuanto pactaron. Este ya no es socialista, ni él sabe lo que es, si sabe lo que quiere y de demócrata nada.
Es un nuevo Frankenstein que por donde se la han metido, solo lo sabrá este reyezuelo de chiste que como se ha dicho ha ganado el Collons catalán. Por cierto la marioneta de la película se modernizó con órganos y tripas de otros personajes. Los constitucionalistas catalanes y el resto de España no tenemos collones pero si tenemos cojones, que muchas veces me pregunto: ¿para que servirán?