Rober Bodegas durante su monólogo

Un monólogo sobre los gitanos

En los últimos días se ha generado un gran escándalo con el humorista Rober Bodegas después de que este hiciera un monólogo sobre los gitanos. En este monologo se trataba de algo últimamente bastante habitual en España, la censura que existe para hacer chistes de ciertos asuntos, en este caso hacer chistes de gitanos.

De forma irónica, Bodegas decía en su monólogo que ya que no podía hacer chistes sobre gitanos los haría sobre payos. Comenzó entonces a utilizar ciertos clichés con los que están encasillados los gitanos pero utilizando como protagonista a un payo.

La consecuencia de todo esto ha sido que el humorista ha tenido que realizar un comunicado vía Twitter después de haber sido acosado e incluso haber sido amenazado de muerte, tal y como él mismo reconoce en su escrito.


¿Y si hubieran sido otros las “víctimas” de su humor?

España ha sido históricamente un país de chistes y de guasa. Siempre se han hecho chistes de todo y de todos sin que sucediera absolutamente nada y sin que se buscaran los “tres pies al gato”. Ahora todo esto es imposible, Bodegas quiso demostrarlo y lo consiguió.

Tal y como él mismo reconoce en su comunicado, “la provocación forma parte de su trabajo”. El humor es solo eso, humor y no hay que dar demasiadas vueltas a un chiste hable de lo que hable. Si grandes estrellas del humor como Martes y 13, Tip y Coll o incluso Miguel Gila hubieran vivido en estos tiempos, muchos de sus chistes hubieran sido considerados racistas, homófobos o machistas, sin embargo eran grandes genios y nadie buscaba una segunda intención en sus chistes, solo la de hacer reír.

Pero lo peor de todo es que muchos de los que consideran ese monólogo como racista o xenófobo hubieran callado si las “víctimas” del mismo hubieran sido otras. Esos mismos que ríen cuando un tuitero hace chistes sobre el atentado contra Carrero Blanco, el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el atentado contra Irene Villa y su madre o los judíos que cabrían en el cenicero de un seiscientos.

1 Comentario

  1. Las realidades, por más fina comicidad o sutilezas humorísticas con las que fueren expuestas, cuando son referidas a grupos cerrados jamás las tolerarán; pues la intolerancia “per se” suele ser incapaz de admitir giros cómicos acerca de sí misma; sin embargo, esos mismos, curiosamente, gustan del humor o burlas referidas a cualesquiera otros externos a su propia etnia o grupo corporatocratico. “Spain is different”!

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