Una entrevista de enero de 2007
Entrevista Fernando Sánchez Dragó a Santiago Carrillo en Telemadrid el 8 de enero de 2007. En esa entrevista se le preguntaba a Santiago Carrillo sobre una de las salvajadas más crueles e indiscriminadas cometidas por la república en el año 1936, la matanza de Paracuellos del Jarama.
En esa matanza fueron asesinadas más de 3000 personas a las que los republicanos consideraban “peligrosas” por ser opositoras al régimen. Carrillo era por aquel entonces miembro de la Junta de Defensa Nacional y Consejero de Orden Público. Ante la pregunta, Carrillo dijo haber explicado muchas veces su desconocimiento de aquella matanza. Para reafirmarse, invitó a todo aquel que quisiera a conocer su versión de los hechos en las memorias que había publicado.
Afirmó, también, que le dolían “los carcaños de contestar a aquella pregunta” y para seguir respondiendo citó varias fuentes y artículo publicados por, entre otros, el diario “El País”. El momento peliagudo de la entrevista llegó cuando Sánchez Dragó se refirió al cónsul de Noruega, quien intentó salvar a muchas personas de aquella matanza, llegando incluso a entrevistarse con Santiago Carrillo para intentarlo.
El libro escrito por el cónsul noruego
Carrillo, que reconoció haberse entrevistado con el cónsul, parecía desconocer el fragmento del libro que le iba a leer en esos momentos Sánchez Dragó. En el libro titulado “Matanzas en el Madrid republicano, presos, checas, Paracuellos…”, Felix Schlayer, que así se llamaba el cónsul, decía lo siguiente:
“…dicha autoridad se llamaba Santiago Carrillo. Tuvimos con él una conversación muy larga en la que recibimos toda clase de promesas de buena voluntad y de intenciones humanitarias respecto a la protección de los presos y el cese de la actividad asesina. Pero la impresión final que sacamos de la entrevista fue de una total inseguridad y falta de sinceridad. Le dije lo que acababa de oír en La Moncloa y le pedí explicaciones. Carrillo pretendía no saber nada de todo aquello, lo cual me parece totalmente inverosímil como lo demuestra el hecho de que durante la noche del día siguiente prosiguieron, pese a sus falsas promesas, los transportes de presos sacados de las cárceles…”
Las excusas que a partir de ese momento siguió utilizando Carrillo en aquella entrevista, resultaron igual de inverosímiles de lo que le habían resultado al cónsul Schlayer y que relató en aquel libro.
Hoy Santiago Carrillo, ya fallecido, sigue teniendo calles con su nombre en España. Memoria histórica.
estoy totalmente de acuerdo,de esto no se acuerdan,y si se acuerdan se lo callan,como siempre siempre se olvidan de lo que les interesa olvidar,y se escudan y se acuerdan de lo que quieren,