Enésima falta de respeto al hombre desde la izquierda
El último pleno del ayuntamiento de Pinto, Madrid, ha dejado una frase de una concejal socialista de aquella localidad y asesora del gobierno de Pedro Sánchez para la posteridad. Según Lorena Morales, que así es como se llama esta concejal, «Uno de cada tres hombres de España es putero. Uno de cada tres hombres de Pinto es putero».
Por si esta rotunda afirmación no fuera suficiente, continuó diciendo que «se están yendo a consumir prostitución, a lo mejor, al polígono Marconi».
?? VERGONZOSO!!! ?? Según Lorena Morales, Concejala del #PSOE #Pinto y asesora del Gobierno de Pedro Sánchez, 1 de cada 3 pinteños son PUTEROS ?? En el ?️#pleno #Pinto pediremos su REPROBACIÓN ??? pic.twitter.com/y3vELBArkq
— Populares de Pinto (@popularespinto) 23 de julio de 2018
Es decir, si para Lorena Morales uno de cada tres hombres en España son puteros, el 33% de los hombres españoles seríamos puteros. Me imagino que en esos cálculos tan sesudos de esta socialista se excluirá a los hombres que sean familiares directos suyos, con lo que tocaremos a más entre los que formemos parte de su familia.
Ya está bien
Parece que con el hombre vale todo. Se generaliza con una facilidad y con una alegría para atacar al hombre por parte de la izquierda española que ya cansa y satura. El hombre, al igual que la mujer, merece un mínimo de respeto que se está pèrdiendo y estamos llegando a un punto en el que estamos ya aguantando demasiado.
Afirmaciones como las de esta descerebrada concejal se están convirtiendo ya en demasiado habituales. Iría siendo hora de que este tipo de comentarios tan ofensivos fueran castigados y puestos en evidencia por parte de todo el mundo. Parece que se está llegando a un punto en que insultar al hombre, como ha hecho esta concejal, suma puntos y facilita conseguir votos en unas elecciones. Parece como si estuviéramos en un punto en que decir estas cosas estuviera bien visto.
Lo que debería hacer esta “moza” después de afirmar cosas como estas es dimitir e irse a su casa. Seguirá diciendo chorradas, pero ya no la escuchará nadie.