Secuestrado, torturado y asesinado
El 20 de mayo de 1977 cuatro etarras disfrazados de enfermeros accedieron a la casa de Javier Ybarra y Bergé en Neguri (Guecho). Ybarra siempre se había negado a pagar el impuesto revolucionario y era objetivo de la banda terrorista desde hacía tiempo. Una vez dentro de la casa, los terroristas encañonaron a la familia de Ybarra y fueron directamente a por el padre, Javier.
Recluyeron en una habitación a todos los hijos y al servicio mientras Javier se vestía. Al cabo de un rato lo llevaron a la habitación donde estaban todos y uno de los etarras sacó una cámara fotográfica para comenzar a tomar fotos. Una vez que los terroristas dijeron a Ybarra que tenían que irse, este se dirigió a sus hijos y les dijo: “No os preocupéis por mí. Lo más que estos van a poder hacer es pegarme un tiro y, en ese caso, iré a reunirme con vuestra madre en el cielo”.
A los cinco días los hijos recibieron un comunicado de la banda pidiendo mil millones de pesetas por el rescate o su padre “sería ejecutado”. La familia se movilizó de inmediato para conseguir el rescate, pero sin éxito. Varios abogados cercanos a ETA, Iñaki Esnaola y Juan Daniel Barandiarán y Juan María Bandrés, intentaron mediar con la banda para conseguir la liberación de Ybarra.


Mientras los hijos hacían desesperadas gestiones para pagar el rescate, el 2 de junio fue detenido en Hendaya (Francia) el etarra Miguel Ángel Apalategui, uno de los líderes de los grupos especiales de ETA y sobre el que recaían las sospechas de haber ordenado el secuestro. El 13 de junio los Ybarra recibieron un ultimátum, en el que se fijaba la fecha del 15 de junio para entregar el rescate, fecha que luego se amplió hasta el 18 de ese mes.
El día 20 de junio, la banda terrorista envió un comunicado para informar dónde se encontraba el cadáver de Javier Yabrra y Bergé. La Guardia Civil se desplazó hasta el lugar indicado sin encontrar nada. El 22 de junio se encontró el cadáver cerca del caserío Recarte, refugio de montañeros en el Alto de Barazar. El secuestrado podría haber sido asesinado dos o tres días antes. En el lugar se encontraron también diversos efectos personales de la víctima: un rosario, un misal y sus gafas.


No se hicieron públicas en su día las condiciones en las que se había hallado el cadáver
El cadáver de Ybarra presentaba un disparo en la cabeza, y fue encontrado en el Alto de Barazar. Dado que eran los primeros pasos de la democracia, se decidió ocultar a la luz pública las condiciones del secuestro, tortura y asesinato de Javier Ybarra para no caldear el ambiente. Como se cita en el libro “Los mitos del nacionalismo vasco”, José Díaz Herrera, Planeta, 2005, Ybarra padeció un terrible secuestro antes de ser asesinado.
Tras un largo y cruel encierro a Javier Ybarra y Bergé lo asesinaron el 22 de junio de 1977, convirtiéndole en el primer muerto de la democracia española. Sus últimas horas debieron ser trágicas. El entonces comandante Guillermo Ostos de la Guardia Civil, que participó en la recogida de su cadáver en el Alto de Barazar, recuerda la escena: ‘El cuerpo, con un tiro en la cabeza, estaba metido dentro de una bolsa de plástico enganchado a un clavo, con los brazos atados a la espalda, los ojos vendados’. Durante el cautiverio había perdido 22 kilos y toda su ropa olía a orina y a excrementos. Al hacerle la autopsia el doctor Toledo, forense del Hospital de Basurto, determinó que tenía las paredes intestinales pegadas, síntoma evidente de que los terroristas casi no le habían dado de comer durante su confinamiento. Tenía además el cuerpo llagado, señal inequívoca de que estuvo todo el tiempo tumbado o metido en un saco sin poder moverse


Javier de Ybarra y Bergé tenía 64 años cuando fue secuestrado, torturado y asesinado por la banda terrorista ETA. En su faceta como empresario e industrial fue consejero del Banco de Vizcaya y de Iberduero, presidió Babcok-Wilcox en Bilbao, el diario Informaciones y Bilbao Editorial, empresa editora de El Correo Español-El Pueblo Vasco. En el campo político, había sido presidente de la Diputación Provincial de Vizcaya (1947-1969) alcalde de Bilbao (1963-1969) y procurador en Cortes. Cursó Derecho en las universidades de Deusto y Salamanca y se diplomó en Psicología y Pedagogía, pues había heredado de su padre, creador del primer centro tutelar de menores en España, la pasión por ayudar a la reeducación de los jóvenes. Fue nombrado presidente del Consejo Superior de Protección de Menores en España, cargo que desempeñó hasta pocos años antes de ser asesinado. En el momento de su secuestro era el presidente del Tribunal Tutelar de Menores de Vizcaya.
La última carta que Javier envió a sus hijos (tenía diez), fechada el 4 de junio, matasellada el 6 y recibida por éstos el 10, decía así:
Queridos hijos: nuevamente puedo escribiros y lo hago después de haber sabido de vosotros y tantas cosas más por los periódicos, que comenzaron a llegar aquí cuando os escribí mi carta anterior. Lamento causar tantas molestias y agradezco el interés mostrado por personas y entidades, por la situación especial en que me encuentro. Con mi gratitud para todos, deseo referirme a la preciosa carta que me ha escrito Antonio Oriol, que ha publicado la prensa. En mi soledad me refugio en la oración y me auxilian mucho los dos únicos libros que me traje conmigo. Confiemos en la Sagrada Familia… a la que sabéis la gran devoción que tengo, en la seguridad de que todo ha de resolverse como mejor convenga al bien de nuestras almas. No os preocupéis por mí. Yo estoy en las manos de Dios, perdono a los que me prendieron y pido perdón a quienes haya podido ofender y ofrezco mi vida por la conversión de los pecadores y por el encuentro de las almas con su divino redentor. Con intenso cariño, os bendice y abraza vuestro padre, Javier.
D.E.P. Javier Ybarra y Bergé, empresario secuestrado, torturado y asesinado por ETA el 22 de junio de 1977 en el Alto de Barazar (Vizcaya).