Por lo que se está hablando y escribiendo sobre el traspaso de Cristiano Ronaldo, del Real Madrid al club italiano Juventus, parecería que el Real Madrid con esta operación perderá su preponderancia en el fútbol europeo y mundial. Nada de ello sucederá porque -como ya anticipo en el título- ni Ronaldo, ni ningún otro jugador de los muchos y excelentes que han aportado su trabajo en el club merengue a lo largo de su gloriosa historia, han causado -tras su marcha- ningún contratiempo serio.
El mismísimo Alfredo Di Stéfano, que formó parte del gran Real Madrid al que la FIFA designó como el mejor club del siglo XX, no terminó su vida deportiva en el Madrid, sino en el Español de Barcelona. Lo que no fue óbice para que, desde el año 2000 hasta su fallecimiento en 2014, desempeñara el cargo de presidente honorario del club como reconocimiento a su espléndida trayectoria. Podríamos citar muchos jugadores más, de distintas épocas y de excepcionales cualidades futbolísticas (Puskas, Gento, Raúl Casillas y un interminable etcétera, cuyas salidas del club por diversas razones, no restaron grandiosidad y prestigio al club. Y el Madrid les guarda la consideración y recuerdo como debe hacer un club que sienta cátedra de señorío en cada una de sus actuaciones.
A Ronaldo hay que darle las gracias por su extraordinaria aportación a la historia del club más importante del mundo y, a los gestores del Madrid, desearles que acierten en la búsqueda de los jugadores y técnicos que sigan la senda de los que les han precedido.
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