Se me está haciendo eterno el gobierno de Pedro Sánchez
Cuando he ido a mirar la fecha exacta de la toma de posesión de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno me he quedado asustado. Ha sido el día 2 de junio, lleva quince días y su gobierno ya se me está haciendo eterno.
Es como la visita pesada que se presenta en casa sin avisar y después no hay manera de echarle, es la familia Plomez de los Zipi y Zape. En este quince días que lleva gobernando ya le ha dado tiempo a tener una crisis de gobierno, a gastar un dineral a cuenta de todos los españoles y a provocar una crisis migratoria que nos va a salir muy cara.
¿Solidaridad? Qué va, votos
Acaba de anunciar a bombo y platillo que va a haber sanidad gratuita para todo hijo de vecino. Ha gritado a los cuatro vientos a todos las mafias que se dedican a traficar con personas desde países subdesarrollados: traedlos aquí, que nosotros lo pagamos todo. Y si ese nosotros fuera él, su familia y todo el que le aplaude con las orejas no habría problema. El problema es que ese nosotros somos todos los demás. Un tipo con 84 diputados ha puesto las cuentas y la seguridad de este país patas arriba en 15 días.
Y que no nos vayan a colar ahora el cuento de la solidaridad. La solidaridad se practicaría ayudando a esa gente en sus países y no fomentando su muerte ahogados en el mar y embarcados en un bote fletado por la mafia. Un tipo que pacta con herederos de asesinos y con golpistas para gobernar, no sabe ni lo que es la solidaridad.
Lo que pretende hacer Sánchez con esa llamada a las mafias para que llenen barcos de personas es captar votos. El siguiente paso será dar el derecho a que en este país vote cualquiera. A que se pueda a ir a votar con un D.N.I., con la yema de un pulgar, con un pasaporte de Kenia o sin nada. Eso es lo que buscan los Sánchez y esa izquierda que de solidaridad lo único que saben es que les puede venir bien.
Quince días y ya se lo está empezando a cargar todo, ¿alguien cree que a Sánchez le importa? No le importa nada, ya es presidente, ya es todo a lo que ha aspirado en los últimos años. Quince días y ya lo está volviendo todo del revés. Da miedo pensar en lo que puede hacer si agota la legislatura. Que Dios nos pille confesados.
