Mariano Rajoy legados, Pedro Sánchez
Mariano Rajoy durante la moción de censura

La dimisión de Mariano Rajoy llega demasiado tarde

La reciente dimisión de Mariano Rajoy ha sorprendido a todo el mundo. Pero a mi lo que más me ha sorprendido de esa dimisión es que la gente se sorprendiera. Lo que me hubiera resultado extraño es que Rajoy se hubiera quedado como simple líder de la oposición.

Pero a pesar de que resulte más o menos sorprendente lo que genera esa dimisión es una pregunta clara, ¿por qué no lo hizo antes? Cuando anunció su dimisión, el ex-presidente dijo que lo hacía por su bien, por el del partido y por España, en ese orden. Y creo que ese ha sido el verdadero problema, que en quien primero ha pensado es en él, no en España.

Rajoy no es santo de mi devoción

He de reconocer en primer lugar que Rajoy no es santo de mi devoción. Lo fue en las primeras elecciones pero, nada más comenzar la legislatura me di cuenta de que me había engañado, por lo menos a mi. No me esperaba muchas de las decisiones que tomó y mucho menos me esperaba que fuera a convertir el PP en un nuevo partido socialista.

Ahora Rajoy se va y se va tarde. No ha luchado cuando debió hacerlo por evitar un gobierno de Sánchez. Aunque hubiera sido inevitable que Sánchez fuera presidente, muchos hemos echado de menos que no se lo pusiera un poco más difícil. Si a nadie sorprende los pactos a los que ha llegado Sánchez para ser presidente, imagino que a Rajoy mucho menos.

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez

Ahora nos encontramos con un gobierno dirigido por un personaje que ha pactado hasta con los herederos de ETA para conseguir sus objetivos. Y el gran problema es que ese va a ser el verdadero legado de Rajoy, no haber intentado evitar que un personaje así llegara a la Moncloa. Y sí, ahora ha dimitido, pero lo ha hecho tarde y mal. Lo peor de todo es que su subconsciente le ha traicionado  y lo ha dejado claro con su discurso de dimisión.

Lo que más le importaba era él, después su partido y en último lugar España.