Jesús Candel, el “Spiriman” de Andalucía, ha vuelto. La marea blanca, la de los médicos andaluces. La pasada semana han vuelto después de cierto tiempoa recorrer las arterias—hablando de médicos diremos arterias—más importantes que tiene en su cuerpo este atribulado e inconsolable organismo que es toda Andalucía. Este último domingoy el pasado sábado inundaron esas arterias, sus calles, con carteles blancos, con las alertas garabateadas en negro, siguiendo unos 50 mil personas consignas de nos “Roban tu salud” o “las listas de espera matan” y como en anteriores ocasiones protestando contra la política sanitaria de la Junta. Esta organización lleva más de dos años librando convocatorias para una mejor sanidad en esta parte baja de España.
Este doctor en medicina, el “Spiriman” moderno de nuestro tiempo ha dicho “que hay que venir a defender la salud de los enfermos…por una sanidad pública y digna, completa, sin privatizaciones, no más cortes y fuera corruptos”. Las arterias de cuatro ciudades andaluzas han poblado sus vías de manifestantes, exponentes de una sanidad manirrota con brutales recortes, donde la sanidad andaluza es la que menos invierte por habitante, según las estadísticas estos recortes llegaron a 1,570 millones de euros.
Hechos como estos no deberían haber hecho acto de presencia si el buen quehacer de estos administrativos de la Sanidad Pública Andaluza hubiera considerado o pensado el desastre que ocasionaba en los hospitales a las peticiones de estos médicos andaluces, de estos galenos que trabajan para una sanidad justa e inmejorable. Además de estos valientes médicos donde su humanidad y el juramento que hicieron haciéndose ellos mismos el honor a su juramento de ser distinguidos y diferenciados del resto de los humanos. Al mismo tiempo existen otros héroes y valientes a veces como esforzados kamikazes son los enfermos con el “maltrato psicológico “tanto de las esperas hospitalariascomo las de los centros de salud. La disminución de recursos, las medidas de derroche y la falta de medios que adolece el sistema sanitario, hace que los enfermos que visitan estos centros se merecen la medalla de la Junta, esa que regala y se les otorga a personas populares de Andalucía.
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