Nada ha cambiado. Todo sigue igual, es más, ahora se ha extendido mucho más, su desarrollo va en aumento y su proceso está en cualquier esquina de cualquier ciudad. El mundo de la droga constituye un sistema muy completo, a la vez que complejo, cerrado en sí mismo, el que nos vemos obligados a entrar y del que no podemos ni debemos olvidar. Este mundo trae consigo una economía muy saneada, su filosofía de la vida está fundada en la satisfacción del placer físico.
La ética del adicto es siempre lícita en este tipo de personas con tal de conseguirla. Hace algunos años me invitaron a una mesa redonda, la mayoría de los asistentes era padres de hijos inicialmente metidos en las llamadas “drogas blandas” y otros que por el tiempo y por el hábito, eran padres de hijos de los llamados “iniciados en chutarse”. Mi invitación era debido a mis tareas informativas en la Revista mi Profesión, la que por aquél entonces era Presidente y director de dicha revista. Iba como oyente, y solamente iba por si nos convenía hacer una mesa redonda de este tipo para el colectivo de los Visitadores Médicos.
Un Doctor amigo en este evento me decía: ”la dificultad del éxito radica en la mayoría de los casos en que la liberación del adicto ya iniciado tiene que comenzar desde la toma de conciencia de la realidad de su propia ruina”. ¿Pero están estos enfermos para tomar en consideración su propia conciencia? Le pregunté, hubo un silencio entre nosotros dos. En el abismo que se encuentran estos adictos no se enteran, en su mayoría, hasta que han llegado al fondo del abismo.
Puso algunos y variados ejemplos conocidos por el doctor, pero el que más me impactó fue este: Un cirujano que tuvo que abandonar esta especialidad por pérdida de agudeza visual, de la sensibilidad en los dedos. ¿Quién es el culpable? Los científicos de laboratorio se interesan por la neuroquímica y la influencia que ejercen la droga en la transmisión de los impulsos nerviosos. El psicólogo enfocará la toxicomanía como un comportamiento adquirido, como un elemento acondicionador del hábito de la droga. Donde el sociólogo tratará de comprender los factores sociales que llevan a drogarse, dirá que, el paro, la familia, la sociedad, el entorno y un montón de palabras sacadas para ellos de un diccionario caduco y polvoriento y meteré entre estos al antropólogo que dirá: la droga era considerada por los rituales y las funciones arraigadas antiguas en las diversas civilizaciones y el acto de drogarse como arraigo de la cultura y su civilización.
Cada uno ve en el drogadicto a un ser de fácil asignatura, va de mano en mano, del porro al hachís, del chocolate a la heroína, después en el mejor de los casos a un centro de rehabilitación de toxicómanos, e inmediatamente cuando todo el mundo ve la posible rehabilitación del individuo, a la vuelta de la esquina está “el camello” que como si se tratara de un adivino, le espera en la salida.
En un futuro inmediato, el mundo va a enfrentarse con un aumento de los daños causados por la droga. En el mundo de hoy—año 1.983—va enfrentarse con un aumento de los daños causados por la droga. En el mundo de hoy se advierte una tendencia a la homogenización del consumo de drogas.
El cultivo y consumo de cannabis, que hasta hace algunas décadas fundamentalmente era un producto de Oriente, esta echando raíces en el mundo occidental. Hay quien dice que los países deben estar dispuestos a aprender de las experiencias de otros. Pero yo me pregunto: ¿De quién debemos aprender? ¿Quién es el culpable? Creo que ha llovido bastante desde aquél día de Septiembre de 1983. 35 años han pasado y que se ha hecho, sinceramente nada. Debo decir que esta mesa redonda fue producida un día 8 de Septiembre de 1983.