Uno de vez en cuando, tiene que visitar fuera de su entorno a sus familiares y amigos e incluso darse un garbeo, puesto que no solo de pan vive el hombre, hay conveniencias de otro tipo que hay que solucionar. Este año no he pisado mi feria, la feria de mi Córdoba, así es que, este próximo sábado me iré por el Arenal y visitaré—abstraído como si las tuviera delante las casetas que normalmente me deleito con los Montilla-Moriles y un sabroso flamenquín de feria en la visitada caseta Fosforito. Me propuse estos días de asueto no ver telediarios, no ojear periódicos…, así es que, cuando he vuelto a casa me ha venido a la cabeza el leer los acontecimientos que me he dejado atrás para ponerle el título del epígrafe que se ve arriba.
Con retraso estoy leyendo una noticia de opinión del sevillano Don Antonio Burgos, un periodista, que el rozar de su pluma, se asemeja al rasguear de una guitarra, donde sus frases en forma de seguiriyas o de soleá nos hacen temblar todo cuanto entona en sus notas. Con su gracejo de siempre dice el día 27 de Mayo una frase en su columna lo siguiente:…”Horas antes de presentar la puñalá de censura, a Pedro Sánchez parecía que le había dado un repentino ataque de españolismo y del tan necesario patriotismo de izquierda que reclamaba el otro día alguien tan poco sospechoso como Alfonso Guerra. Andaba Sánchez tan constitucional y defensor de la unidad de la Patria, tan en plan «banderita tú eres roja» frente al separatismo catalán, que hasta parecía que había adelantado por la derecha no digo a Ciudadanos, sino a Vox…” No es que le diera una puñalá de censura—se refería a Rajoy—no es lo mismo una puñalá de censura que una puñalá trapera. Que suele decirse cuando uno escamotea, engaña u oculta.
El señor del NO, creo que no sabe lo que quiere y adonde quiere ir. Y… si lo conoce, como está perdido y sigue en su apoltronamiento para instalarse en el poder, no creo imaginar—aunque es muy posible— que sea una marioneta al que le sobren hilos, donde su propio pensamiento ideológico lo ve de una inseguridad abrumadora, siempre que puede la pone la zancadilla a Rajoy, aunque pienso que lo mismo le hubiese pasado como si fuese a otra persona. Este individuo está lleno de rabia y de odio, no sabe el flaco favor que le está haciendo a su propio partido y a todo el resto de España.
Este caballero sin armadura se está equivocando con los aliados con tal de sentarse en un confortable sillón de orejas busca aplastar a Rajoy que, como he dicho dándole una puñalá trapera. Estos, los acordados amigos no conocen aún a Pedro Sánchez, el tiempo lo dirá. Tanto como si saliese la moción de censura como si no, la jugada está hecha. No es lo mismo una puñalá de censura que una puñalá trapera. La primera sería para el propio Rajoy pero la segunda sería para toda España. “Tengo la habilidad de escarbar la arena para asustar a las hormigas antes de que trepen mi ataúd” (Luis Alberto Costales)