Las banderas a media asta
Resulta un tanto curiosa la última ofensa que está sufriendo la izquierda, no pueden soportar que se pongan las banderas a media asta en los cuarteles con motivo de la Semana Santa. Y resulta curioso porque solo les molesta cuando gobierna el Partido Popular, cuando ha gobernado el PSOE y ha hecho lo mismo no han dicho nada. Hoy están “escandalizados” los pobres.
Que si “estamos en el siglo XXI”, que si España es un “estado aconfesional”. Pero no han renunciado a estas vacaciones, antes se dejarían cortar un brazo. En esa eterna estrategia izquierdista de buscar problemas donde no los hay, hoy le toca a la Semana Santa. Mañana será otra cosa, de eso estamos completamente seguros.
¿Por qué felicitan entonces el Ramadán?
Pero el Ramadán no tiene ninguno de esos problemas. Llegadas las fechas de la celebración musulmana, los “aconfesionales”, los del “parece mentira que en el siglo XXI2, gritan pies para que os quiero y corren veloces a felicitar a los musulmanes con los mensajes más absurdos y ridículos.
Para esto da igual ser socialistas, que podemita, que de Izquierda Unida. Todos corren raudos y veloces a felicitar a la cada vez más excesiva comunidad musulmana que tenemos en España.
¿Qué pretenden?
Cada vez tengo más claro que toda esta gente pretende acabar con nuestra cultura, nuestras costumbres y nuestros valores. Después camuflan sus soflamas bajo supuestos mensajes de modernidad y laicismo, pero solo para disimular. El apoyo que después muestran hacia los musulmanes y su respeto, no es más que una parte más de esa estrategia.
Estrategia que no se cansan de demostrar para quien lo quiera ver. Lo han hecho con el tema de Cataluña, con el de la prisión permanente revisable, con esto y lo harán con todo. Si lo consiguieran alguna vez, acabarían donde ellos quieren, en la destrucción total de todo lo que tenga que ver con una cultura común. Con una historia y con unas costumbres que siempre hemos tenido.
Defender esas costumbres, esa historia y esos valores, no es cuestión de ser creyente o no serlo. Intentar destruirlas y que la gente se avergüence de ellas no es más que una estrategia política. Estrategia que históricamente ha tenido el comunismo y el socialismo. Nada nuevo bajo el sol.
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