El circo catalán sigue deparándonos funciones continuas del esperpento, rayanas ya en el hartazgo, en las dos sucursales que mantiene “abiertas”, Bruselas y Barcelona. Después de tres meses en los que el escenario principal estuvo en la capital del país protector de etarras, excursión incluida a la liberal Dinamarca -con cebo que el Supremo (gracias a Dios) no mordió-, el show volvió a la ciudad condal, donde la versión político melodramática del cómico inspector del celuloide del mismo apellido, demostró su “valentía”, en la línea que lleva haciendo tres meses ya el “capitán” que los manda desde el país flamenco, en su convocatoria, pero no, del pleno de investidura.
Así, el martes, 50º cumpleaños del Rey Felipe VI y contrarrestando -maldita “casualidad”- el acto programado para esa día con la imposición del preciado Toisón de Oro a su hija, la Princesa Leonor, y después de múltiples elucubraciones tertulianas analizando la posible aparición o no del golpista fugado y el modo en que pudiera hacerlo -maletero incluido que le preguntara la sagaz Susana Grisó al Ministro Zoido, pero al que la prensa “inocente” adjudicó la paternidad del espacio de transporte-, compareció -ante atril y nutrida corte informadora- Rogelio Torrente, pomposo y engolado -quién lo hubiera dicho hace un mes- y con su “habitual” atuendo desde que fuera elegido presidente de la institución, corbata incluida, que antes usaba poco. Y, al más puro estilo golpista y secesionista, como hizo Picodelmonte tres meses antes cuando declaró la república de Cataluña e ipso facto suspendió lo declarado, debutó cobardeando en la mullida moqueta del parlamento regional que, de no ser por el despropósito de mediocridad en que ha degenerado nuestra “democracia representativa”, jamás hubiera soñado pisar ni de visita.
El mismo Torrente bis, que el pasado 17 de Diciembre, cuatro días antes de las elecciones que nunca debieron celebrarse de modo tan precipitado, de no haber sido por la exigencia impuesta por los dos partidos de la oposición -los “constitucionalistas” PSOE y Ciudadanos- para apoyar la aplicación del artículo 155 y sin cerrar TV3, como también impuso Pedro Sánchez, nos dejaba en Twitter un mensaje indubitable que no creo necesite traducción al español: “Quan aconseguim la República i tinguem les nostres lleis i la nostra constitució, podrem per fi demanar al #Parlament un dret heroic y fusellar a tota aquesta escoria de xarnegos i espanyols que ens han impedit arribar fins aquí” -si hay alguna falta de ortografía discúlpenme, porque yo no sé catalán y me limité a copiar el texto- y añadió el hastag #ViscaTerraLliure, por si quedaban dudas -¿no habría motivo para que actuase ya la Fiscalía?-, convocó una rueda de prensa -sin preguntas- en la que tras acusar al Gobierno de “no democrático” y al Tribunal Constitucional de haber tomado una “decisión política actuando de árbitro”, que calificó de “chapuza jurídica para no dejar en mal lugar al Gobierno” en una “reunión en fin de semana, que nadie había pedido”, dijo después que “Ni la Vicepresidenta Soraya -así la nombró y ella ha sido clara en su respuesta: “Las mujeres tenemos derecho a nuestro apellido”– ni el TC, decidirán quién será el Presidente de Cataluña propuesto por una mayoría de la cámara”. Reconoció también haber recibido la petición de amparo del fugado para “salvaguardar sus prerrogativas y derechos”, que prometió garantizar, al tiempo que pediría “informe a los servicios jurídicos para que se personen ante el TC y presenten alegaciones” por lo que, remató, “el pleno queda aplazado pero en ningún caso desconvocado”, apostillando el desafío con un “No retrocederé un mm. a pesar de las amenazas. La democracia y la voluntad mayoritaria de los catalanes no se suspenden y no propondré un candidato alternativo”. ¿Necesita su señoría algo más para ampliar la causa y devolver a prisión preventiva a los que mintieron descaradamente para salir y siguen en sus trece desde sus nuevos escaños? Todo ello para envolver delicadamente un evidente desacuerdo entre ERC y Juntos por Cataluña que no quieren reconocer.
En mi opinión y dejando claro que mi postura estaría mucho más cerca de la actuación de Alejandro Lerroux y el General Domingo Batet en 1934, que de como se ha estado llevando por el Gobierno desde, por lo menos, 2014, por no irnos hasta los Pactos de Majestic de 1996, la maldita promesa de Rodríguez a Pascual Maragall en 2003 -entonces presidente de la Generalidad-, la “noche de café y humo” del nefasto citado anteriormente -me cuesta repetirlo- con Arturo Mas en Moncloa en el verano de 2010 o al nefasto momento en que se concibió el insostenible sistema autonómico y el posterior “café para todos” de Suárez/Clavero, origen en mi opinión de todos los males. Dicho esto y dado el talante legalista de nuestro Gobierno -al que no he dudado en criticar en mis artículos, cuando lo he creído necesario- y a un sistema excesivamente garantista y regulado, creo que en este despropósito que deja en anécdota al esperpento “valleinclaniano”, sigue ganando Mariano Rajoy en una carrera de fondo en la que se va imponiendo el Estado de Derecho al desafío independentista, resumido en una frase que se pone hoy en boca de Picodelmonte: “Moncloa triunfa, los nuestros nos han sacrificado… el ridículo podría ser histórico”. Lo es, “amigo” Carlos, lo es.
Sé que muchos opinan como yo, pero también que hay otros -espoleados en parte por los medios de comunicación (“propios” y extraños) y por partidos a los que le va la vida en ello- que se alinean en echar la culpa de todos los males -incluso de la sequía si hace falta- al “perverso” Mariano y a su “lacaya” Soraya -no pretendía el pareado-. Entre ellos Libertad Digital, medio del que los que me conocen un poco saben que yo era incondicional desde que nació en Marzo de 2000 y, mucho antes, declarado oyente de A3 Radio, en aquel “Primero de la Mañana” del malogrado Antonio Herrero, al que seguí escuchando hasta su muerte en 1998 en COPE -Cadena de Ondas Populares Españolas, para los más jóvenes- tras el conocido como “antenicidio” por el que el grupo PRISA, en una “extraña” maniobra, pasó a controlar la que ya era primera cadena de emisoras, como a su equipo hasta su salida y, después – el “7 a las 7”, de Septiembre de 2009-, de su altavoz esRadio y de los editoriales de César Vidal y Federico Jiménez Losantos -por este orden-, hasta el enfrentamiento de ambos que culminó con la fulminante salida del primero, sobre lo que hay versiones contradictorias, en las que no entraré. Y como he dicho también alguna vez, llegué a suscribir un modesto número de acciones de LD en 2009 y desde entonces, asisto puntualmente -quiero decir en hora, no alguna vez, como ahora se mal utiliza ese término- a las juntas generales de accionistas, en las que he tenido ocasión de cambiar impresiones con los principales responsables del grupo y, en varias ocasiones, con el mismo FJL. Incluso conseguí que me publicasen algunos artículos hasta poco después de mi osadía de enviarles este artículo que no debió agradar demasiado al destinatario y que no se publicó. Pero esa línea crítica ha ido in crescendo hasta convertir a su medio en la personificación de la beligerancia antirajoyana y contra su equipo, recogiendo en sus tertulias y las de sus colaboradores -en especial la clónica de la tarde- a todos los que -según ellos- han sufrido el oprobio del Presidente del Gobierno hasta convertir en monotema el ataque a la gestión del Gobierno y la defensa -como alternativa- del inane y adaptable partido naranja de Rivera y sus comparsas hasta parecer don Federico una nueva versión de un Don Juan del siglo XXI en la defensa y loa de su Doña Inés –Arrimadas, en este caso- tras su amarga e inútil victoria en las últimas elecciones catalanas y la salida escoltada el martes del parlamento regional, como Andrea Levy, pero esta es menos importante “porque no ganó”. ¿No se acuerda de que en 2011, Mas, la presidenta entonces del parlamento, Nuria de Gispert, y parte de sus consejeros tuvieron que llegar en helicóptero -hasta siete se utilizaron, que pagaba el presupuesto- por tener rodeados los accesos “indignados” del 15M, versión catalana de manipulados por la izquierda, en lo que fue norma entonces y no se ha ido, al parecer, aunque por circunstancias diferentes? ¡Ah! que esos eran malos y no como sus protegidos ahora. Resulta curioso que las “cuñas de audio” que seleccionan de los oyentes, como pareció sonar hace unos días en boca de una de las colaboradoras, parecen más “cuñas de odio” hacia el Partido Popular que comentarios -en francés, “au” se pronuncia “o”, casualmente-. Perdón por la maldad.
Y mientras, siguen las diligencias del Juez Llarena en el Supremo, con las comparecencias de ex altos cargos de la Generalidad, me quedo con las declaraciones recientes de Alfredo Pérez Rubalcaba -un personaje siniestro, malo donde los haya, pero listo y bien informado (lo sé todo de todos)- que en una reciente entrevista ha dicho que “el unilateralismo ha muerto” y que “los independentistas quieren que el Estado les haga el trabajo de quitarles a Picodelmonte” y en eso estamos, parece: el fugado cesa en sus pretensiones de perpetuarse y dice que “Esto ha caducado y me tocará dedicar mi vida a la defensa propia”, que poca tiene, creo, y el Gobierno, apoyándose en la Justicia, poniendo en su sitio a los golpistas aunque resignado por el momento -craso error en mi opinión- a que se siente en la Plaza de San Jaime un independentista, supuestamente reconocedor de la Constitución – al menos formalmente-. Pero esto no ha terminado, por desgracia.
El golpista Puigdemont es humano y el golpista Comin amenaza con acciones legales
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