Como hombre de balances que he sido, por profesión y por vocación, y que sigo siéndolo en el terreno de lo no profesional, a mí no me gusta opinar o dictaminar sobre ninguna cuestión sin hacer antes un análisis exhaustivo de los efectos o frutos de una actuación económica, política, deportiva o personal. Creo que es la manera más segura de no equivocarse y la más eficaz y más justa. Sobre Mariano Rajoy, desde hace mucho tiempo vengo leyendo, oyendo y viendo cómo le han atacado de forma inmisericorde desde todos los flancos como PSOE, Ciudadanos y Podemos y algunos medios de comunicación.
No quisiera yo hacer una loa exagerada del presidente del gobierno que no se atenga a lo que afirmo en la premisa de este artículo. Muy al contrario, reconozco que Rajoy, como todos los gobernantes, ha acertado en algunas cosas y desacertado en otras.
Hoy quiero ver su lado bueno y reseñar algunos logros que ha conseguido en los últimos años que son dignos de elogio. El primero fue evitar el rescate (como el de Grecia) a pesar de las presiones y exigencias que recibía de empresarios y políticos. Otro logro importante es que la economía española creció el 3,1 % en 2017, y ya son cuatro años de recuperación y tres años consecutivos creciendo por encima del 3 %.
Además, en los cuatro últimos años la creación de empleo ha superado la cifra de dos millones. Y en estos días, sus decisiones sobre el asunto Puigdemont, mal que les pese a algunos, han sido acertadísimas. Dicho esto, por juristas de reconocido prestigio.
Para ser un Don Tancredo, que solo se dedica a fumar puros y leer el Marca, creo que es el “inane” más eficiente que he conocido.
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