La que se ha organizado. Marta Sánchez, la de “Soldados del amor” a nuestras tropas en el Golfo Pérsico de la mano de Narcís Serra, ministro de defensa, al inicio de la primera guerra del Golfo, allá por el año 1990, un 24 de diciembre a bordo de la fragata Numancia, para compartir con nuestros soldados la cena de Nochebuena y la comida de Navidad y actuar a bordo de una de las dos corbetas desplazadas a la zona, todo un acontecimiento para la prensa española que ella resumió diciendo: “Es un gran sacrificio no pasar estos días con mis padres pero hubiese sido muy egoísta pensar en el pavo de mi madre antes que en los soldados”, acaba de volver a ocupar todas las portadas, dado que, casi treinta años después y sin previo aviso, se ha lanzado a cantar el himno de España, con letra compuesta por ella misma y con arreglos realizados por los suyos, en una gala en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el sábado pasado. A partir de este momento las redes arden, aplausos y felicitaciones de muchos y críticas de todo tipo de otros.
Entre las muchas declaraciones este lunes a los medios de la cantante, destaco la que me parece más evidente: “Esto debería unir y ensalzar el orgullo español, ya seas de derechas o de izquierdas” y, desgraciadamente ahí está la clave. España tiene himno, que remedio, y bandera, es imposible no tenerla, pero nada más. Símbolos, los mínimos y el himno sin letra, lo más aséptico que se pueda. Gracias Marta, no diré nada de la letra, solo diré que la calle, manifestándose en Catalunya, y tu, cantando un himno con letra, has dejado con el culo al aire a estos políticos a los que todo acompleja.
No entiendo nada. ¿Es España un país de mudos que justifique tener un himno sin letra? ¿Alguien me lo explica?
@jmfrancas
El presidente Rajoy felicita a Marta Sánchez por cantar el Himno de España
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