Los españoles hemos perdido el sentido patriótico de lo que representa en una nación, en su patria. Son los valores, la cultura y su historia: España es como una familia grande, donde existe el amor y defensa de ella, es el amor combinado de servicios y valores en defensa de su nación si ello llegara a producirse. Se oye por los campos de la información que podríamos volver a la mili, hacer el servicio militar.
En diciembre pasado ha hecho 17 años que desapareció la mili obligatoria en España. El sentido patriótico se está perdiendo, si no se ha perdido en España, el sentido cultural, de identidad nacional, también se dice que el patriotismo ha sucumbido menoscabando al sentido patrio, y que nadie cree que se deba perder la vida en defensa de nuestra nación —en este caso de España—. No se trata de perder la vida, si no de salvarla de cualquier horda que se presente y desee cambiar el rumbo de la nación. Hablando el otro día en una tertulia de amigos, uno decía que: él estaba dispuesto a morir por su patria, por sus familiares y por su iglesia, palabra textuales: de ocho que estábamos hubo uno que disentía de ello, pero los otro siete, entre ellos me incluyo yo, estábamos con lo que decía este amigo.
Yo no soy quien para decir si debe volver la mil, pero si diré que al menos voluntaria si debiera volver a realizarla los jóvenes. La mili me enseñó a ser caritativo, a tener valor ante las adversidades, ser leal con los amigos y el amor a la patria, a ser más persona en todos los sentidos de lo que significa esta palabra. Hace algunos años me encontré en uno de esos barcos mejilloneros que hay en O¨Ogrove (Galicia) a un caballero que me llamó la atención con una palmada en las espaldas diciéndome: Mi querido amigo Medina, ¿cómo estás? Volví la cara y me encontré con el grandullón de Matias de mi compañía de farmacia militar.
A este joven, de aquellos días, le enseñamos entre dos soldados a leer, otros dos le enseñaron dar el paso y desfilar para la jura de bandera. Aquel es actualmente el dueño de una flota de barcos mejilloneros. La mili nos enseñó a ser patriotas, a ser personas honradas y decentes con nosotros mismos y sin temor a equivocarme más responsables.
De esa mili volvimos de ella con todos los valores humanos que se desea en esta vida que nos ha tocado vivir. Yo añoro la mili y para mí fue ejemplar.
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