Por más vueltas que le estoy dando a la cabeza no me entra nada sobre el nuevo pacto antiterrorista que culminó a últimos de diciembre pasado. En el año 2015 Mariano Rajoy y Pedro Sánchez firmaron el cuarto pacto. Ahora, apenas hace unos días se ha celebrado como he dicho antes, uno nuevo, concretamente en los últimos días del año pasado los partidos que pertenecen a este pacto—fundamentalmente—para hablar sobre las muertes ocurridas en Cambrils y Barcelona, asesinatos perpetrados por la banda del DAESH y otros asuntos de obligadas necesidades.
A esta reunión ha asistido el partido de Podemos que como siempre asiste como espectador de primera categoría—no vaya ser que se altere la criatura—categoría que no se le debe brindar e incluso como en otras ocasiones sin voz ni voto, es decir: ni chicha ni limoná. O como diría un castizo” ni fu ni fa”. Por eso no me entra nada nuevo en la cabeza. ¿Para qué se quiere enterar de las conversaciones si no desea “matricularse en este pacto?
Parece ser que la palabra buenismo no está bien dicha, hay que decir buenísimo. Cómo soy algo incorrecto con estos anglicismos venidos foráneos, diré que la buenhomía de los partidos constitucionalistas son demasiados conciliadores con esta tropa al invitar a esta reunión al partido Podemos o mejor dicho, al partido del tío de la coleta y en sentido provinciano al tío de las greñas.
No soy quien para la revisión de poner en marcha una formula sobre la prisión permanente y revisable aunque en este aspecto tengo mi propio criterio y otros acuerdos que fuesen necesarios y que se podrían introducir en este nuevo compromiso político: para ello la iglesia tiene Doctores y por qué no, como estamos viendo “santos inocentes” en los altares de la política para tener a este partido, el cual no quiere saber ni involucrarse en nada cuanto se refiere a terrorismo, sea de la categoría que fuere.
Soy demócrata y muy español, los intrusos de Podemos cuya capa corroída por sus bajezas, la poca limpieza parlamentaria y sus puestas en escena esperpénticas de mamarrachadas que tienen desde que los alumbró el 11M, dejando en el mercado político más mezquindad de la que ya teníamos en España.
Desde aquí felicito a todas las medidas que se anuncian y creo que continuarán sobre este último pacto antiterrorista, el cual es mucho mejor que aquellos que fueron dictados a la carrera instalando macetones de grandes dimensiones en lugares estratégicos donde a primera vista se puede apreciar una seguridad pasadera ya que en muchos casos, al parecer, hay resquicios demasiados abiertos y de fácil acceso a estos espacios.
A lo que no agasajo es a aquellas personas de este pacto antiterrorista que hayan invitado a Podemos, o como le dicen en el extranjero al partido “Populista”. Hay una máxima muy repetida que se le otorga a Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar, conocido por el Gran Capitán, nacido en Montilla (Córdoba) atribución hecha por el Toledano Melchor de Santa Cruz sobre esta frase, que dice: A enemigo que huye, puente de plata.
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