Publicó ayer El Diestro una entrada muy curiosa en la que se comenta una sentencia juidicial, sobre una sanción impuesta al diestro Julio Aparicio en el año 1994 tras un “incidente” en la plaza de toros de Vitoria, el artículo dice así:

Navegando por la base de datos de jurisprudencia, en tareas de mi profesión de Abogado, me he topado con una curiosa sentencia que más bien es una auténtica crónica taurina. En la que un matador recurre una sanción por enterrar una oreja en el ruedo.

En la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Sala de lo Contencioso Administrativo, se enjuicia sobre un recurso presentado contra la sanción impuesta en noviembre de 1995 a un matador de toros por parte del Gobierno Vasco por una falta grave. Sanción consistente en una multa de 1.500.000 de pesetas.

Resulta que el matador de toros el 6 de agosto de 1994, durante el desarrollo de la lidia,”tras la lidia de su segundo toro, el matador de toros sancionado, a la vista de todo el público presente en la plaza, enterró la oreja dada por el Presidente…

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