“La ANC ya ha preparado la nueva hoja de ruta que parte de estas dos premisas: una, que la República catalana está proclamada, y dos, el mandato popular del 21D obliga a consolidarla”
Pañuelos amarillos, bufandas amarillas, lazos amarillos, pensamientos amarillos, titulares amarillos, política amarilla, TV3. El apoyo a los delincuentes bautizados con agua del Ter como presos políticos, ha teñido de amarillo unas elecciones autonómicas que, sin embargo, ha ganado el naranja de Ciudadanos. Caramba con los naranjitos.
La aplicación del 155 ha dado la palabra a los ciudadanos de Cataluña, incluidos aquellos a quienes una indecente y presunta delincuente llamada Carmen Forcadell decía que no eran parte del pueblo catalán. Con un récord de participación, la jornada electoral ha dejado unos resultados que permiten contemplar la complejidad social y política que conforma la dividida sociedad catalana. Los registros, realizados con una cámara que dispone de censo, interventores, apoderados, urnas transparentes y actas, muestran con nitidez que el independentismo no es mayoritario entre los ciudadanos, a pesar de que Carlos Puigdemont y los secesionistas sigan negándose a reconocerlo.
Es una realidad indiscutible la fractura social en dos mitades prácticamente iguales, con ligera mayoría constitucionalista. También, que el independentismo es mayoritario en el mundo rural y en territorios de interior mientras que el constitucionalismo es hegemónico en los grandes núcleos de población. Y que Ciudadanos ha ganado las elecciones en el conjunto de Cataluña y es claramente dominante en las provincias de Barcelona y Tarragona, y en tres de las cuatro capitales de provincia: Barcelona, Tarragona y Lérida. Incluso en la provincia de Gerona, Ciudadanos ha ganado en tres de las ciudades más importantes: Figueras, Blanes y Lloret de Mar.
A pesar de ello, lo más probable es que sean los independentistas quienes consigan hacerse con el gobierno de la Generalidad. De hecho, la ANC ya ha preparado la nueva hoja de ruta que parte de estas dos premisas: una, que la República catalana está proclamada, y dos, el mandato popular del 21D obliga a consolidarla. Vean el anticipo de la nueva hoja de ruta que nos deja, como no, el subvencionado Vicenç Partal desde su tribuna de Vilaweb.
1. Superar la dinámica de partidos y seguir el modelo Compromís. 2. Construir estructuras nacionales al margen de la Generalidad. 3. Ganar la alcaldía de Barcelona con un candidato de unidad. 4. Rebajar el poder exagerado del Ibex 35 sobre las personas y sobre Cataluña; quitar poder a la Caixa y controlar las empresas de agua, gas y electricidad. 5. Hay que tejer alianzas en Europa para acabar con la mafia de los partidos.
Este es el panorama que nos espera en los próximos meses. Negación de la realidad, mucho ruido y, posiblemente, ruina. Si la justicia no actúa con diligencia, la situación puede acabar siendo explosiva.
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