Las cifras de lo que gastaba la Generalidad de Cataluña en internacionalizar el independentismo hablan por sí solas, según publica hoy ABC. Mantener embajadas en las ciudades más importantes del mundo y en las mejores zonas, costaba doce millones de euros al año.
Estas embajadas se empezaron a abrir en tiempos del “tripartito” del inefable Montilla, malo como político, malo como ministro, malo como presidente de la Generalidad y malo ahora como senador, un “ciencia”.
Estas cifras formaban parte de los cuarenta millones de euros de los que disponía la Generalidad para fomentar el independentismo a nivel internacional. Cifra vergonzosa, teniendo en cuenta los problemas que ya tiene Cataluña de por sí, al igual que el resto de España, y que además cubrían algo que ya cubría el gobierno central, las relaciones internacionales.
Que haya independentistas que, a pesar de sus ideas, no pidan explicaciones ante el evidente derroche económico que ha hecho la Generalidad, malgastando no solo su dinero, también el del resto de los españoles, demuestra hasta qué nivel el adoctrinamiento manipula sus cerebros.
Esperemos que en las elecciones del 21 de diciembre se ataje todo esto, eligiendo a un partido que, no solo no sea independentista, sino que también gaste el dinero de todos en lo que debe y en beneficio de todos los ciudadanos.
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