Seguro que es raro el día en el que no escuchas ninguna canción o ninguna melodía. Todos somos conscientes de la importancia de la música en nuestras vidas y de su impacto pero ¿sabemos lo que es realmente la música? Vamos a tratar de aclararnos sobre este importante concepto.
La física de la música surge principalmente a partir de la búsqueda de una respuesta a la pregunta ¿cómo se hace música? Pues bien, para responder a esto contamos con la ayuda de la parte de la física que se encarga del estudio de las ondas sonoras, la acústica, y en concreto la acústica musical. Ya en la antigua Grecia comenzaron a cuestionarse la pregunta que nos hemos planteado. El primero en diducidar la relación entre la geometría y el sonido fue Pitágoras (si, el del teorema), al darse cuenta de la relación entre la altura de un sonido producido por una cuerda (la frecuencia de la onda) y la longitud de la misma, descubriendo así los sobretonos. Vámos, que si coger un hilo en tensión y lo haces sonar sonará más grave que si lo sostienes por la mitad, el principio fundamental con el que trabajan los instrumentos de cuerda.


La psicología de la música es una cuestión muchísimo más compleja que la física de la misma. La física de la música, al fin y al cabo, es física, y con un par de transformadas de Fourier lo comprendemos todo, pero: ¿por qué nos gusta la música? ¿qué nos pasa cuando la escuchamos? eso, amigos, es un tema más espinoso. El primero en asociar estas preguntas a la música fue Aristógenes de Tareno, que en el siglo IV a.C. afirmó que la música no es solo física (la estudiada por nuestro amigo polivalente, Pitágoras), sino que hay que estudiarla como una ciencia experimental, puesto que tiene una evidente relación con la naturaleza y con nosotros. Pese a esto, la especialización psicológica musical no llegará hasta el siglo XX, cuando se trata de formalizar definitivamente este arte. Biologicamente, oir un sonido es que una onda sonora excite terminaciones del nervio auditivo, que transmite un impulso al área del cerebro dedicada a la audición y nos proporciona una sensación llamada aural, que es lo que notamos. Todo esto tiene un desarrollo mucho más amplio, pero el hecho de que te guste la música tiene que ver con la liberación de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro proveniente de la Prehistoria, dado que cuando el ser humano se desplazaba para cazar los pasos que daba generaban un ritmo que si se seguía, procuraba la supervivencia.