Desde que inicié los preparativos para hacer mi primera comunión, a los pocos días de ese comienzo, me daba cuenta que, un hormigueo revoloteaba por todo mí ser, es más, ahora al cabo de mis años, veo que sigue aleteando ese claro y luminoso entendimiento entre el Espíritu Santo, en el que de una manera grandiosa me atrevo a decir que, desde esa unión sigue en contacto desde aquél glorioso y bienaventurado día.
Las navidades las tenemos a la vuelta de la esquina, es decir a pocos días de terminar el calendario, tanto es así, que de una manera o de otra se me arrincona en mí ser una sensación de amargura de ver que aún tenemos personas pidiendo en las calles, muchos de ellos son paisanos nuestros y otros de más allá de nuestras fronteras para solicitarnos una limosna, nunca sabremos las verdaderas causas que les amenazan a ello, donde hay casos que nos asombrarían si les preguntamos del porqué de solicitar ese aguinaldo, nos quedaríamos de piedra, cosa que yo he sido testigo en primera persona de conocer algunos de estos—llamémosle—fracasos y frustraciones en la vida. Donde los niños ocupan el primer plano de esta indigencia maldita.
Hablando de niños me viene a la memoria la sugerencia que hizo La Alcaldesa de la Capital de España hace ahora justamente dos años, para organizar un concurso donde los niños fuesen los protagonistas, cogiendo colillas y papeles, claro está, dándole después unos premios para los más listillos. No recuerdo el origen de este certamen—egocentrista y ofensivo—para los más débiles.
En estas navidades que tenemos a nuestras puertas, son los niños los verdaderos protagonistas. No dejemos que los niños, nuestros hijos y nietos coleccionen colillas por los suelos llenos de detritos y de cochinerías de mal gusto. Dentro de muy pocos días celebraremos la navidad, la navidad es la fiesta de un niño recién nacido, del niño Dios, no dejemos que nuestros niños recojan sobrantes por los suelos, estos no se merecen la grosera y chabacana puesta en escena para los niños de Madrid y por qué no decirlo para los niños de toda España. Estas criaturas son la imagen y semejanza del Niño que va a nacer en Belén. Compartamos con ellos las conmemoraciones de la Navidad.
Solamente me resta decir como muy bien explica el Gloria: Gloria a dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.