Taza de café. De Julius Schorzman - Trabajo propio, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=107645

Uno de los problemas que existen en esta sociedad es que cuesta mucho hablar claro. No se dice que no cuando es necesario y después llegan los malos entendidos y los enfados. A alguien le llaman por teléfono para venderle algo y le parece bien, pero no lo quiere comprar. En ese momento llega la famosa frase de “llámeme en otro momento” y ya decidimos. Cuando la persona vendedora llama “en ese otro momento”, el que parecía interesado o no le coge el teléfono o si lo coge ya no va a ser tan amable como la primera vez y seguro que pide más “momentos”.

Hay muchas frases como esas que son o sinónimos de “me importa un bledo” o de un “no voy a hacer nada”. En nuestra vida cotidiana existen muchas, aunque hay dos que podrían las, digamos, “estrellas” de esas frases, las ya famosas: “Estoy muy liado” y “no te preocupes”. El “estoy muy liado” significa que la persona está liada para atenderte a ti, es decir, que podría hacerlo pero que, como no le apetece, se va a “liar” con otras cosas que no seas tú. Y el “no te preocupes” o “no se preocupe” es preocupante, cuando llamas a algún servicio de atención al cliente y te dice el “no se preocupe, sr. tal..”, es que la cosa está complicada porque sería mucho más fácil decir: “de acuerdo” o “ahora mismo lo solucionamos”.



Después hay respuestas de esas que ya son más de la vida cotidiana, los ya habituales: “ya te llamo yo”, “a ver si nos vemos”, “nos llamamos y tomamos un café” o el recurrente “ven por casa cuando quieras”. No te van a llamar, cuando os volváis a ver te va a decir lo mismo, la llamada para tomar el café no se va a producir nunca y, es sencillo, si alguien quiere que vayas a su casa, lo normal es que te llame y te diga fecha y hora. A nadie se le ocurre ir a casa de nadie sin antes ser invitado, excepto a las familias “Plómez”, que de esas hay muchas también.

Todas esas frases son sinónimos de “me importa un bledo”, “a ver qué le contesto yo a este” o “algo tengo que decir”. Pocas veces se les aplica el significado con el que se dicen, la mayor parte de ellas son exactamente todo lo contrario a lo se pretendía dar a entender.

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