El caso de Gabriel Rufián es un desafío para la ciencia: se puede vivir sin cerebro

A medida que pasa el tiempo nos seguimos preguntando en qué clase de tómbola le dieron a Gabriel Rufián las papeletas para ser diputado en las Cortes de España. El puesto de diputado es un puesto representativo, no solo representa a sus votantes, un diputado sea del partido que sea, representa a todos los españoles le hayan votado o no. Pero el caso de Rufián es especial, con sus formas y su fondo, solo se puede representar a sí mismo porque no cabe en cabeza humana que alguien medianamente normal pueda sentirse ni identificado ni representado por alguien así.

Es cierto que la vida cada vez más se desarrolla en las redes sociales, pero el caso de Rufián es digno de estudio, tuitea y saca fotos incluso en plenos debates parlamentarios, tengan la importancia que tengan. En estos días, este compulsivo comprador de Zara, ha dado una vuelta más de tuerca y ha escrito el siguiente tuit en respuesta a uno escrito por el responsable de UPyD, Gorka Maneiro.

No sabemos cómo puede ser, pero en el caso de Rufián evidentemente se da, no sabemos como Rufián puede ser capaz de realizar sus funciones básicas vitales sin tener cerebro. Este es un caso de estudio para la ciencia a la que pedimos nos de algún tipo de explicación científica. Les pedimos además, a los científicos, que nos expliquen las funciones que puede tener el serrín ocupando el hueco donde debería ir alojado el cerebro.