verdes

La calle Campo Madre de Dios  de Córdoba está en obras. Aquí, sobre esta arteria de la ciudad pasan miles de coches todos  los días. No sé si será fomento el que tenga que ver con esta obra, me supongo que sí. En esta calle, llevamos más de una semana que el regidor encargado de las obras, me supongo que habrá pasado por ella y creo  que se habrá percatado de los estropicios y trifulcas de los conductores y viandantes  que están  causando las faenas  producidas  y los sinsabores que tienen que padecer los conductores e incluso los vecinos, entre ellos me encuentro yo. Esta avenida tenía dos sentidos en las dos direcciones. No deseo enfrascarme más. Primero diré que el atasco que se produce es infernal, ya que han dejado solamente una vía para cada dirección, con el consiguiente conflicto que se origina, y si a esto se le agrega lo que se está viendo empeora aún más, ya que los semáforos no les da tiempo para dejar pasar los vehículos de las calles que cruzan esta travesía.

Lo gordo viene ahora, lo más canallesco es que por aquí pasan muchas ambulancias para ir a los hospitales, lo cual quiere decir que no hay sitio posible de apartarse  los automóviles, motos y autobueses, entre los claxon y las sirenas de las ambulancias se arma un pitaste de muy señor mío. Las ambulancias llevan prisas, es su deber, llevan enfermos de máxima gravedad —la mayoría lo son— cuidado con esto, no es broma lo que se está viendo en Campo Madre de Dios.

Además de todo esto, hay otra “cosita” que  no debo silenciar, es que, han borrado, han aniquilado, cercenado  de cuajo las palmeras ya creciditas, los rosales y otros tipos de ornato  de la jardinera que forma la  mediana  en esta avenida. ¿Dónde están los  verdes y los “coloraos” y todos los colores del arco iris parlamentario cordobés? Pues de seguro que comprando las viandas para la navidad o para el fin de año. Creo que, al menos, las aglomeraciones serían mermadas con  darle  menos minutos a las calles cercanas, que son minorías de vehículos que por ellas circulan hacía esta arteria central. Creo que para hacer esto y darle la correspondiente solución, solo bastaría que el edil de fomento o de obras, o el albañil de turno se pase por  esta calle o la de cualquiera de los muchos consejeros que tendrá el edil correspondiente del concejal de turno. O también en esas horas punta unos municipales en los sitios estratégicos de las confluencias de las calles que van   la principal avenida.

La semana anterior a la navidad esta principal arteria de Córdoba era una condena  y estos días últimos de fin de año, tres infiernos  con  aglomeraciones de todo tipo de  vehículos en cualquier hora del día y si nos ceñimos a la hora punta, me arremango la mano y no escribo nada más.  ¿Y todo este trabajo  para qué?, pues—según me ha confirmado un operario de dicha obra—para hacer dos carriles de bicicletas, uno para acá y otro para allá. ¿Qué cachondeo verdad? Y que conste que no tengo nada que decir en contra de este sistema de viajar, pero si se me antoja esta frase: No sigas, apaga  y vámonos.

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Y hoy celebra la Noche Vieja!!!

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