Carles Riera. (Wikipedia)

La noticia publicada el pasado Lunes en la web redaccionmedica.com acerca del candidato de la CUP a la Generalidad, Carles Riera, ya es de esas que te dejan simplemente “helado”. Según redacciónmedica.com, Carles Riera estaría ejerciendo la profesión de psicoterapeuta sin tener una titulación médica para ello.

Carles Riera estaría ejerciendo esta profesión a través de un método específico para hacerlo, llamado método Gestalt. Según la citada web el problema no sería el método utilizado, que parece estar avalado por diferentes estudios. El problema es que gente sin titulación específica para ello, como Riera (que tiene estudios políticos y sociológicos), la ejerzan con total libertad debido, sobre todo, al gran vacío legal existente en España sobre el asunto.



Este vació legal implicaría que cualquiera pudiera ejercer esa profesión médica sin titulación alguna, como es el caso de Riera. En realidad algo así supone un fraude al paciente que quiera recibir un tratamiento de psicoterapia puesto que puede acudir a una persona que no está debidamente capacitado para hacerlo.

Según la web cop.es (Consejo General de los Colegios Oficiales de Psicólogos de España), la piscoterapia es:

el tratamiento que tiene como objetivo el cambio de pensamientos, sentimientos y conductas.

Se lleva a cabo entre un profesional con la formación y las habilidades necesarias para facilitar el cambio psicológico, y el paciente/cliente que requiere la ayuda para aliviar los síntomas que le producen un grado de sufrimiento importante.

Parece que esa formación que se requiere para ejercer la psicoterapia poco tiene que ver con la recibida por Carles Riera. Él propio Riera indica en su perfil de Twitter, entre otras cosa, que es psicoterapeuta. Entendemos que, tras esta información, él puede poner en su perfil de Twitter que es lo que quiera, de la misma forma que cualquiera de nosotros podríamos poner que somos, por ejemplo, astronautas. Estamos llegando a tal punto con esta clase política que sufrimos que estamos perdiendo hasta la capacidad de asombro, sorpresa e incluso preocupación. Puede que el día que los españoles recuperemos de nuevo esas capacidades consigamos cambiar algo en nuestro país. Mientras tanto toda la clase política campa a sus anchas y sin ningún pudor, incluso siendo protagonistas de noticias tan graves como esta.


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