Ada Colau votando en el referéndum ilegal del pasado 1 de Octubre

@jsobrevive.- Que Ada Colau es una inútil como alcaldesa es algo de sobra conocido por todos. Que siempre hace lo posible desde su posición privilegiada de alcaldesa para arrimar el ascua a su sardina, es algo evidente. Que es una descarada, no voy a ser yo quien lo descubra. Ahora, en una nueva vuelta más de tuerca, nos está demostrando que es una sectaria comunista a la que solo le gusta lo que a ella y a los suyos les parezca bien. Ante una proposición de la CUP y apoyada por BComú, PDeCAT, ERC y PSC van a prohibir que en manifestaciones para las que soliciten permiso, lo que ellos llaman partidos de “ultraderecha”, la colocación de pantallas gigantes o tarimas.

Este “ejercicio democrático” lo practican, además, los partidos que en todas sus manifestaciones insultan, rompen mobiliario urbano, atacan a la policía o practican el acoso contra políticos o simpatizantes de formaciones con las que no estén de acuerdo.

Esta medida la toman, además, justo después de las multitudinarias manifestaciones que se han producido a favor de la unidad de España y gracias a las que se han podido ver las calles de Barcelona llenas de banderas nacionales, algo que hasta ahora era muy poco habitual.

Estos miedosos y totalitarios comunistas antisistema ven la paja en el ojo de los demás, pero no ven nunca la viga en el suyo. Es su forma habitual de funcionamiento, lo que no consiguen con el debate de las ideas, lo intentan con prohibiciones y persecuciones, puesto que es la única forma que tienen para imponer su descarado totalitarismo.

Este asunto nos demuestra una vez más el totalitarismo que dirige los destinos de la ciudad de Barcelona y que ha ostentado el poder en la sombra de la Generalidad de Cataluña. Que analicen los catalanes hacia dónde les están llevando. Ni Barcelona, ni Cataluña están hoy mejor que hace cuatro años, pero si después de todos sus repugnantes actos se les vuelve avotar, tanto los barceloneses como los catalanes tendrán lo que se merecen.

Mención aparte merece el PSC, ese partido al que llaman “constitucionalista” y de “izquierda moderada”, pero que lo único que demuestra es ser una mala copia del separatismo y de la izquieda más radical.

Ahora habrá que ver que es lo que esta gente considera ultraderecha, que será todo con lo que ellos no estén de acuerdo.

Vea la noticia original de “El País” en la que se basa este comentario https://elpais.com/ccaa/2017/11/15/catalunya/1510759739_075134.html