Tan naranja, tan sabroso y tan bonito cuando lo servimos en bandeja de plata. Disfrutar de una comida o cena con el salmón como plato principal y como pescado del día es una auténtica maravilla, pero puede serlo más si jugamos con el amplio abanico de combinaciones culinarias que admite y dejamos de lado su versión a la plancha.
¿Un guiso de salmón? Cambia esa cara, suena raro pero te va a gustar: simulamos un caldo de pescado pero introducimos zumo de naranja y un sofrito de pimientos con cebolla y ajo.
También podemos venirnos muy arriba y dar salida a ese brazo gitano que siempre has querido hacer: mucho pan de molde, mucha mayonesa o queso y una superficie de salmón ahumado.
Cada vez que comes sushi recalcas lo rico que está el toque de salmón que lleva. Pero no tienes que salir a cenar fuera para catarlo, ármate de paciencia y diviértete haciendo sushi en casa. Con queso de untar sabe mejor, dato.
Si las tostas es lo tuyo, coge pan y haz una crema de queso con salmón y nata, pasándolo previamente por la batidora.
Hemos visto croquetas rellenas de espárragos trigueros, el salmón no iba ser menos. Añade un poco de perejil en le pan rallado y a comer.