Uno de Octubre de 1936. España en guerra. Josep Gudiol i Ricart, arquitecto, restaurador y marchante catalán llega al pequeño pueblo de Sijena en Huesca. Guidol es conocedor del tesoro que alberga el monasterio que se encuentra en ese pueblo. Llega allí financiado por la Generalidad de Cataluña con 4.000 pesetas y arranca de ese monasterio unos 120 metros cuadrados de los coloridos frescos románicos del siglo XIII que adornaban la sala capitular del monasterio y se los llevó a Cataluña, donde permanecen aún hoy. Igual que los frescos que otro especialista catalán arrancó del templo en plena dictadura.

Desde hace un tiempo el ayuntamiento de Sijena y el gobierno de Aragón comenzaron una batalla judicial para exigir que esos frescos fueran devueltos a sus legítimos propietarios y que ahora son retenidos en el Museo de Lérida. En abril de 2015 una sentencia dictada por el juzgado de instrucción número 1 de Huesca obligaba a la Generalidad a devolver esos frescos al pueblo de Sijena y les daba de plazo para hacerlo hasta el 25 de Julio de 2017, sentencia que la Generalidad no ha cumplido, como es habitual en ellos cuando una sentencia les perjudica.

 

Ante esa negativa el Gobierno de Aragón ha hecho un nuevo requerimiento judicial para que la justicia obligue a cumplir la sentencia, llegando al punto de pedir auxilio a Policía Nacional y Guardia Civil para que se incauten los frescos robados.

A la Generalidad siempre le ha dado igual las sentencias judiciales que pudieran perjudicarles porque no las han cumplido nunca y nadie les ha obligado a hacerlo. A día de hoy, y tras la aplicación del artículo 155 con motivo del referéndum ilegal del pasado 1 de Octubre, el nuevo consejero de cultura de la Generalidad es el ministro de cultura, Méndez de Vigo. Nunca, como hasta hoy, ha habido una oportunidad mejor para que desde la Generalidad catalana se cumplan las leyes. Esta es la ocasión, ya que ahora mismo no está gobernada por separatistas golpistas.



Siendo esta la situación actual en Cataluña, no debería ser necesaria la intervención ni de Policía, ni de Guardia Civil puesto que hay ya además una sentencia en firme que debe ser cumplida. Es hora ya de que desde la Generalidad catalana y con la complicidad del Gobierno Central se cumplan las leyes y se deje de expoliar al resto de España, como sucedió también con los papeles del Archivo de Salamanca y la traición cometida por el gobierno de Zapatero, con el salmantino ministro Caldera como traidor principal.

A ver si es posible que con lo que ha sucedido en Cataluña en los últimos tiempos se nos empieza a tratar a todos los españoles por igual, sobre todo desde el Gobierno Central, y se deja de permitir que la Generalidad campe a sus anchas por España, cumpliendo la ley cuando les da la gana y no haciéndolo cuando les viene bien, sin que no haya nadie capaz de obligarles a ello.

Los frescos de Sijena deben ser devueltos a sus legítimos propietarios en lugar de proteger a los saqueadores, no obligándoles a cumplir una sentencia judicial. Pero parece que el ministro de cultura, Méndez de Vigo, es reacio a cumplir la sentencia judicial y es más favorable a favorecer, desde el gobierno, la ilegalidad y el incumplimiento de sentencias por parte de la Generalidad. De no hacerlo, esto no sorprendería a nadie, sería una muestra más de la cobardía de todos los gobiernos centrales con la Generalidad. Ya empezamos a estar hartos.